Capítulo 10. Juramento de Sangre

367 59 52
                                    




Al día siguiente Samantha solo buscaba a Ythan. Había decidido que tendría que hablar con él. Cuando llegara el momento de decirle a su familia que alguien la había descubierto, quería darles la buena noticia: que ese alguien quería ayudarla y que juró con sangre que no diría nada. Bueno, eso era lo que Samantha esperaba. Ythan resultaba tan misterioso que bien podría tratarse de un asesino en serie y nadie saberlo.

Cuando estaba por entrar a la segunda clase lo vio caminando rumbo al Campus, «¿tendrá alguna hora libre?» se preguntó. No dejó de mirarlo hasta que él volteó, la miró por unos segundos a los ojos con el rostro inexpresivo y fingió no verla, bajó la cabeza y siguió su camino.

Apenas el profesor despidió la clase, Samantha corrió por los pasillos buscando a Ythan sin tener ningún tipo de suerte. El hecho de que él la evitara a propósito incrementaba su angustia. Como si fuera poco, Samantha debía buscar a Ythan mientras evitaba a Markus y los Bullkens, la situación era demasiado ridícula.

* * *

Ythan atravesaba el campus e ingresaba al edificio Q. Por su trayectoria y a juzgar por la cantidad de libros que llevaba en la mano, se dirigía a la biblioteca, así que Samantha decidió tomarlo por sorpresa. Ingresó por un costado del edificio y atravesó el campus interno corriendo, su intención era llegar primero que él y lo hubiera logrado si Markus no la hacía tropezar.

Todo el contenido de su bolso quedó regado por el pasillo. Le pareció extraño que Markus no aprovechara esta oportunidad para rematar la broma, pero apurada por evitar a Markus y desistiendo de alcanzar a Ythan se dedicó a recoger todas sus pertenencias y a regresar a su clase.

—Caramba Srta. Adams, gracias por agasajarnos con su presencia —dijo con ironía el profesor—. He pedido los trabajos, ¿ha traído el suyo o se le olvidó otra vez?

—Lamento la tardanza —se disculpó mientras escuchaba la risa de sus compañeros—, por aquí lo tengo... un momento —comenzó a hurgar dentro de su bolso desordenado mientras sus mejillas se enrojecían con fuerza—. ¡Aquí! —le tendió las hojas arrugadas al profesor.

—Creo que es necesario un castigo en este momento —aseguró contemplando con desdén las hojas arrugadas— después de clases dedicará dos horas a la organización y etiquetado de todos los instrumentos de trabajo. Quizás esas dos horas le enseñen a ser puntual y con el resto aprenda a ser organizada, cosa que a juzgar por el estado de su trabajo necesita con urgencia. Tome asiento.

***

Una vez que terminó de etiquetar ciento treinta y seis tipos de instrumentos médicos Noides y Energéticos, cada uno por separado y con su debida referencia textual, Samantha salió del salón hambrienta y molesta. Los pasillos de la universidad estaban desiertos, Sai y Val hacia mucho rato que se habían ido. Se dirigió lo más rápido posible y sin hacer ruido hasta el estacionamiento, había avisado que saldría tarde y contaba con que su mamá ya la estuviese esperando.

Cuando se encontraba en la entrada principal del edificio Q, dos voces sonaron detrás de ella, se trataba de Cloid y Markus. Samantha se giró para encararlos pero antes de que ella pudiese decir algo, Markus alzó su mano y la apuntó con algo parecido a una pluma fuente y de su punta, una pequeña piedra se impregnó de luz dándole de lleno en el pecho a Samantha. Salió despedida por el aire y cayó cinco pasos atrás. Sintió como su cabeza rebotaba en el suelo y su visión se tornó negra y estrellada. No se movió.

—¡No la mates! –dijo Cloid.

—No está muerta idiota, solo desmayada —aseguró Markus. —No la empujé tan fuerte.

Gemas de Poder: Sobrevivir Con PoderesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora