Capítulo 7. Aprendiendo a engañar (Segunda Parte)

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Al siguiente día Enrique, con sensor nuevo en mano, le explicaba a Samantha como engañaría a André.

—Es bastante sencillo, todo está en la concentración. Tu energía fluye por cada centímetro de tu cuerpo. Cierra los ojos y visualízalo.

Samantha cerró sus ojos e imaginó una luz blanca que la iluminaba como bombillo. Su idea le parecía ridícula pero estaba funcionando.

—Bien, muy bien. ¿Que estás imaginando? —preguntó Enrique.

—Que soy un bombillo – Samantha se rio.

—Si te funciona, está bien. Ahora imagina que la luz que está en tus manos se apaga. No en el resto del cuerpo, solo en tus manos.

Samantha se vio a si misma iluminada por completo pero con las manos apagadas.

—¿Listo? —Samantha asintió— Ahora, prende el sensor —le indicó Enrique.

Samantha buscó el encendido del sensor y lo accionó.

—¡Excelente! —vitoreó su abuelo .

Samantha abrió los ojos, perdió la concentración y el sensor se iluminó de nuevo. Enrique lo tomó con toda la rapidez que pudo, pero ya el sensor estaba roto.

—Lo has hecho genial. Perdiste la concentración al abrir los ojos, pero lo hiciste muy bien, al principio el sensor no logró registrar tu energía.

—No entiendo, la idea es que registre solo una parte de mi energía, ¿o no?— dijo Samantha incómoda por haber dañado el aparato.

—Si, fíjate; primero debes aprender a controlar tu energía, a ocultarla por completo. Cuando aprendas eso, se te hará más fácil proyectar solo una pequeña cantidad al sensor. Imagina que el bombillo no está apagado en las manos, sino que su luz es mucho más débil allí.

—Mmm... Ok, dame el sensor.

Samantha cerró los ojos y esta vez se visualizó cubierta de una luz intensa y blanca, pero con sus manos opacas y una luz débil recubriéndola. Enrique busco otro sensor de los que había tomado en La Asamblea, había considerado que necesitaría más de uno para las prácticas de Samantha, así que se hizo con varios aprovechando el libre acceso que tenía de la habitación donde los almacenaban. En ese momento agradeció haber seguido su instinto, como tantas veces lo había hecho en el pasado.

—¡Perfecto! —gritó Enrique con su puño alzado hacia el cielo, cuando el nuevo sensor dio una lectura de cinco barras de energía verde— ¿Puedes abrir los ojos sin perder la concentración?

—¿Así debería ser la medición? —preguntó Samantha abriendo solo un ojo con lentitud y miedo.

Cuando miró las barras que marcaba el sensor, ya sintiéndose más segura, abrió ambos ojos.

—No, debería en realidad ser de 4 barras considerando que eres tardía.

Samantha perdió la concentración y de inmediato Enrique lanzó a la basura el segundo sensor.

—Han dicho lo de tardía varias veces. ¿Acaso los tardíos tienen registros distintos de energía? —insistió Samantha.

—Sí, los Enérgicos muestran su energía entre los 10 y 11 años, después de esa edad son llamados tardíos. Antes de esa edad son prematuros. Por lo general los tardíos tienen un poco más de energía, porque la tienen acumulada.

Samantha asintió, pidió el otro censor y cerró los ojos para volverse a concentrar.

* * *

Un par de días después Thaly, Enrique y Elia veían cómo Samantha, sin cerrar los ojos, pedía el sensor y a pesar de que lo había encendido el sensor permanecía sin vida.

—¿Cuál será su pedido para el día de hoy? ¿Tres barras? ¿Cuatro? Puedo ofrecerle el especial de cinco barras —decía imitando a un mesonero.

—Sorpréndenos —le pedía Enriquecon tono aun más presuntuoso que el de ella.

Samantha hizo que las barras verdes se encendieran una a una, llegando a cinco, bajando a tres, subiendo a cuatro, las hizo ponerse amarillas en barra siete, las bajó a una barra verde que parpadeaba con debilidad; luego presentó una solida barra tres y una parpadeante barra cinco. Sonrió con gusto viendo a su mamá. Sabía que debajo de esa mueca de inconformidad escondía su orgullo.

—Bien, es impresionante en realidad —le concedió Thaly.

—Es fácil –contestó con modestia— es como un control remoto, de hecho, eso es lo que visualizo para mover las barras.

—¡Perfecto! —dijo Elia— ¡Estás lista!

—Llamaré a André —se apresuró Enrique levándose de la silla pero Thaly lo tomó del brazo.

—Sami, ¿estás segura?... Una vez que lo anunciemos no hay vuelta atrás, estaremos a merced de las decisiones de La Asamblea y deberás atender las normas energéticas por encima de las Noides.

—Sí estoy segura. Seguir fingiendo escondida sería vivir una mentira. Por lo menos esto me asegura que en algún momento de mi futuro podré vivir en la verdad de lo que soy.

—Lo único es que... —Enrique dudo al comentarlo, pero sabía que Samantha no permitiría que escondiera nada— no puedes estar cerca de las piedras. Cuando venga André no debe haber ninguna cerca por precaución.

—Las sacaremos de la casa de inmediato —dijo Thaly levantándose.

* * *

Ninguno se había equivocado con André, esa noche le notificaron y la mañana siguiente estaba a primera hora realizando las mediciones. Sacaron de la casa todo tipo de piedras, y pese a que André insistió en realizar varias mediciones «espontáneas», todas salieron bien. Al día siguiente llegaron los resultados oficiales de la medición y las recomendaciones de La Asamblea indicaron el ingreso inmediato a la EUniversity.

Samantha se inscribiría más rápido de lo que había pensado, no habían considerado la posibilidad de que la hicieran comenzar las clases aunque estas ya hubiesen empezado. Iniciaría en el curso de Estudios Generales para tardíos, con lo cual se pretendía, según explico André, que pudiera nivelarse con rapidez y no perder más tiempo en sus estudios.

Los Adams esperaban que el ingreso se retrasara unos meses más con la finalidad de que Samantha pudiera perfeccionar su técnica de control de la Energía; la universidad estaba rodeada de piedras y era imperioso que no ocurriera ningún incidente. Sin embargo, desde el día de la medición André se mostró muy ansioso con el ingreso de Samantha, negarse hubiese sido más sospechoso aún así que no quedó otra opción para los Adams que celebrar con pretendida alegría la noticia.

La actitud ansiosa de André no pasó desapercibida. Habían acordado que durante la primera etapa universitaria era necesario que Samantha contara con todo el apoyo posible. Así que Enrique saldría de su retiro y se pondría en contacto con sus viejos colegas de La Asamblea. Su intención era estar al tanto de las actividades de éste y las fechas de las mediciones. Samantha solo dispondría de una semana más de práctica, antes de ingresar a la Universidad y su abuelo comenzaba a desconfiar de André.

Elia por su parte, llamó a algunas viejas amigas que seguían en trabajo activo en la universidad para poner sobre aviso de su nieta tardía. Quería lograr que sus amigos no exigieran más de lo necesario de Samantha los primeros días, en consideración. Con esto pretendía comprar tiempo en el control de energía de Samantha.


Gemas de Poder: Sobrevivir Con PoderesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora