24: Navidad con los Scamander 1/2

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Los kneazles Hoppy, Milli y Mauler se me tiraron encima.
—Te han extrañado-dijo mi abuelo cerrando la puerta detras de nosotros, subí a mi cuarto lo mas rápido que pude. Cuando entre todo seguía igual que antes, eso si los Bowtruckles comenzaron a saltar de felicidad, Cas salió de mi chaqueta con un poco de pudor, entre todos él siempre fue mi favorito, ya que no se parecía a nada a mi, era pudoroso y tímido, eso me agradaba.
Las paredes amarillas estaban tapadas de dibujos de Bowtruckles, kelpies, Thunderbirds, dragones ,hipogrifos y muchas otras criaturas, además de los pósters de Quidditch. Puse mi baúl a los pies de la cama, hablando de cama, me tire encima de ella y sentí la comodidad de tener mi propia privacidad, como dejar mi diario sin tener que dejar a Cas como guardián. Hoppy se subió a mi cama e hizo una especie de ronroneo, frotándose contra mi brazo.
—Yo igual los he extrañado-le dije acariciando le la cabeza-pero tengo que ver a alguien más también.
Salí de la cama y bajando las escaleras me dirigí al jardín y al salir. Me llamó la atención el pequeño hipogrifo bebe que estaba tratando de volar. Gabe no me había visto en meses, pero eso lo significó que no me recordara. El hipogrifo se acercó a mí, y me hizo una reverencia, yo se la devolvi.
—El gusto es mío señor-dije mientras me inclinaba.
Gabe se acercó s mis piernas y me picoteo un poco las piernas, mientras se frotaba contra ellas como lo hacen los gatos.
—Yo también te extrañe-dandole unas palmaditas en el pico.
—Laila, cariño ¿puedes entrar, Por favor?-me grito mi abuela Tina, desde la cocina-tu tía Quennie acaba de llegar.
No le había prestado atención hasta que dijo "tía Queennie"
—Y dónde está mi hermosa Laila? ¡No me digas que se ha quedado Howrats en Navidad, Teeny!
Le di una última caricia a Gabe, y entre corriendo a la casa. Todo el ambiente estaba decorado de Navidad el árbol que tenía pequeñas hadas y decoraciones brillantes.
Ahí estaba mi tía Quennie estaba vestida con sus perfectas ropas elegantes Rosas junto con sus tacones, traía varias bolsas y su rostro tan amable como siempre.
—¡Tía Quennie!-dije lanzándome a abrazarla.
—¡Laila! ¡Mi dulce pastel de calabaza!-me dijo mi apodo que me puso desde que era bebe-te he extrañado tanto.
Siempre fui la favorita de mi tía Quennie, bueno no como mi primo Rolf, yo siempre la veía cada vez que podía por lo que me convertí en su favorita. Además de que las compartíamos el poder de la Legerrmancia, por lo que se volvió mi mentora y aveces teníamos charlas mentales. Recuerdo cuando tenía 5 años e hize una fiesta del té con todos mis peluches, ya que a esa edad mis abuelos no me dejaban tener animales fantásticos y ni siquiera normales. Mi tía Quennie de unía a mi fiesta del té y cuando ella estaba pensando que mi habitación se vería mejor de una tonal rosa y sin tantos dibujos, le dije "no tía Quennie, me gusta mi habitación de color amarillo ¡además mira! Ayer dibuje a un Thestral!
Sin embargo tía Quennie antes de tratar de hablar por nuestras mentes me guiñaba el ojo, ella me había aprendido que era descortés mirar en la mente de otras personas, y yo aveces lloraba por qué era inevitable. Entonces ella me consolaba diciendo que era normal que fuese así.
—¡Laila, necesito que me cuentes todo sobre Howgarts! ¿Has hecho amigos? ¿Como ha estado todo? ¿en que casa quedaste?
—Creo que será mejor que Laila nos cuente todo eso en la mesa, ya está servido-dijo mi abuelo Newt.
Cuando fui a sentarme a la mesa vi toda la deliciosa comida que había preparado mi abuelo y ¡oh! Después el postre preparado por Tia Quennie, aunque en Hogwarts deben estar comiendo un banquete de Navidad, me pregunto como Ron y Harry lo deben estar pasando...
—¿Ron y Harry?-pregunto mi tía Quennie, después de ver mi cara dijo-¿me pasas las papas?
—Quennie sera mejor que Laila lo cuente, de su propia boca-dijo mi abuela Tina
Y así fue como la cena paso. Le conté a mi tía Quennie que fui seleccionada en Gryffindor, la casa de los valientes, ella me comentó que pensaba que yo iría a Slytherin y al oír eso ,ambos, yo y mi abuelo Newt nos empezamos a atragantar con las papas. Al ver nuestras muecas mi tía Quennie siguió.
—Bueno, por lo que me han comentado es la casa de los astutos, y mi dulce pastel de calabaza es muy astuta.
—Ósea, si, soy muy astuta...pero ¿Slytherin? Uh no, Draco Malfoy está allí, y un montón de patéticos descerebrados...
—Laila, no hagas prejuicios.
—No saben ocupar el egocentrismo y la vanidad, no siquera saben fingirlo...
—Laila, suficiente.
Me calle y seguí cortando la papa rellena, mis abuelos pensaron que ya había acabado pero no me iba a quedar callada.
—Voldemort estuvo en Slytherin-dije en el silencio.
—¡Laila!-se escandalizaron los tres al oír la palabra "Voldemort"
—Y también tengo una amiga llamada Hermione, sus papas son algo llamados dientifristas, aunque primero me hice amiga de dos chicos Ron Weasley y Harry Potter-dije rápidamente para no recibir castigo y distraerlos rápidamente. Los rostros de la abuela Tina y el abuelo Newt se distorsionaron al mencionar Harry pero Tia Quennie me miró con la boca abierta.
—Te volviste la amiga de Harry Potter? ¿¡El Harry Potter?! ¿El Niño que sobrevivió?
—Sipi, y él se volvió amigo de Laila Scamander, la chica más increíble de todo Gryffindor y Dorset, la chica de los animales-dije comiendo las verduras que quedaron.
Y así pasó la cena, les conté sobre Hagrid y Dumbledore, McGonmagal y el odio que me tenía y a la vez no me tenía Snape, y claro me salte la parte en la que casi muero por un troll.
—¿y cómo ha andado tu varita?-preguntó mi abuelo Newt una vez que ya están comiendo la tarta.
—Uh, muy bien-dije con la boca llena de mira, seguramente toda morada por las frambuesas y las moras- abuelo...¿conoces a un hombre llamado Nicolás Flamel?
—Nicolás Flamel? Te están enseñando sobre Nicolás Flamel ¿es eso, no Laila?
—Por supuesto abuela Teeny, si no que más?
—No es porque quieres saber que está en el tercer piso de tu escuela?
—Por supuesto que...¡por las barbas de Merlin!-dije enojada, mi abuelo Newt siempre estaba un paso más adelante de mi.
—Laila, porque no tú y yo damos una vuelta en el invernadero, estoy seguro que tu tía Quennie y tu abuela Teeny tienen mucho de qué hablar.
Asentí con la cabeza y fui a dejar mi plato en la cocina murmurando "gracias"
Mi abuelo Newt me esperaba afuera, con Gabe picoteándonos los pies. Dimos un par de pasos hasta que él rompió el silencio.
—¿sabes porque siempre se lo que haces Laila?-me preguntó.
–No, pero Porfavor dilo, sé que no es el pajarito, quise tenderle una trampa a ese pájaro pero no podía dañarlo así que fue una advertencia- mi abuelo me miro con una ceja alzada-y si le di galletas, un nombre y lo deje en su nido con comida para sus crías.
Mi abuelo Newt me sonrio con cariño.
—Porque eres exactamente igual a mi
—¿En serio? Yo creo que la mayoría del tiempo molesto mucho a las personas, ya sabes las dejo hartas.
—Esconder huevos de Occamy, llevar a Castiel a Hogwarts, rogar por un dragón, y no decirle nada a tu abuela Tina; Laila somos casi la misma persona, se todo lo que planeas.
—Entonces como casi somos la misma persona no te molestaría decirme quién es Nicolás Flamel ¿verdad?
Mi abuelo negó con la cabeza, rayos ahora tendré que buscar en la biblioteca ¡tendré que leer!
—Abuelo?
—Si, cariño?
—Tu sabes...-comencé a balbucear- tu sabes...-oh qué diablos lo voy a preguntar—¿Sabes quién es mi padre?
Por primera vez en mi vida vi miedo real en la cara de mi abuelo Newt.

Laila Scamander y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora