26: Estaba en un cromo? Es en serio?

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Cuando volví a Hogwarts recibí la desagradable sorpresa de que Harry y Ron no habían encontrado quién era Flamel, cuando los chicos me preguntaron si mi abuelo me había dicho algo , yo simplemente negue con la cabeza.  También Harry me contó sobre un espejo llamado Oesed en el cual se podían ver los deseos más profundos de nuestro corazones, pero Dumbledore lo había enviado a otro lugar, si ese espejo mostraba lo que más quería; iba a averiguar dónde estaba, además Harry recibió una capa de invisibilidad, por lo cual me escandalicé bastante porque esas normalmente están hechas de pelo de demiguise, Harry me juró que no era demiguise, lo quise ver por mí misma y di un suspiro de alivio al ver que efectivamente ningún demiguise sufrió cuando hicieron esa capa.
Ya casi habíamos abandonado la esperanza de descubrir a Flamel en un libro de la biblioteca. Cuando empezaron las clases, volvimos a buscar en los libros durante diez minutos durante los recreos (corrección: ellos lo buscaban y yo me quedaba un rato dormida) Harry tenía menos tiempo que nosotros, porque los entrenamientos de quidditch habían comenzado también. Un día Harry me había pedido que fuera con él al entrenamiento y me quedara en las gradas, yo acepté y desde ese momento desde que él tiene entrenamiento yo leo sobre  los hipogrifos en las gradas, esperando, excepto cuando llovía,
Wood los hacia trabajar más duramente que nunca. Ni siquiera la lluvia constante que había reemplazado a la nieve podía doblegar su ánimo.
Entonces, durante un entrenamiento en un día especialmente húmedo y lleno de barro, Wood les dio una mala noticia. Se había enfadado mucho con los Weasley, que se tiraban en picado y fingían caerse de las escobas.
—¡Dejad de hacer tonterías! —gritó tan fuerte que hasta Laila lo escucho y levantó su cabeza del libro—. ¡Ésas son exactamente las cosas que nos harán perder el partido! ¡Esta vez el árbitro será Snape, y buscará cualquier excusa para quitar puntos a Gryffindor!
George Weasley, al oír esas palabras, casi se cayó de verdad de su escoba.
—¿Snape va a ser el árbitro? —Escupió un puñado de barro—. ¿Cuándo ha sido árbitro en un partido de quidditch? No será imparcial, si nosotros podemos sobrepasar a Slytherin.
El resto del equipo se acercó a George para quejarse.
—No es culpa mía —dijo Wood—. Lo que tenemos que hacer es estar seguros de jugar limpio, así no le daremos excusa a Snape para marcarnos faltas.

Los demás jugadores se quedaron, como siempre, para charlar entre ellos al finalizar el entrenamiento, pero yo y Harry nos dirigimos directamente a la sala común de Gryffindor; donde estaban Ron y Hermione jugando al ajedrez. El ajedrez era la única cosa a la que Hermione había perdido, algo que Harry y Ron consideraban muy beneficioso para ella.
—No me hables durante un momento —dijo Ron, cuando Harry se sentó al lado—. Necesito concen... —vio el rostro de Harry y Laila—. ¿Qué les sucede? Tienen una cara terrible.
En tono bajo, para que nadie más los oyera, Harry les explicó el súbito y siniestro deseo de Snape de ser árbitro de quidditch.
—No juegues —dijo de inmediato Hermione.
—Diles que estás enfermo —añadió Ron.
—Finge que se te ha roto una pierna —sugirió Hermione.
—Rómpete una pierna de verdad —dijo Ron.
—Te puedo romper la pierna de verdad-dije alzando mi mano con la varita y Hermione me la bajo rápidamente.
—No puedo —dijo Harry—. No hay un buscador suplente. Si no juego, Gryffindor tampoco puede jugar.
En aquel momento Neville cayó en la sala común. Nadie se explicó cómo se las había arreglado para pasar por el agujero del retrato, porque sus piernas estaban pegadas juntas, con lo que reconocieron de inmediato el Maleficio de las Piernas Unidas. Había tenido que ir saltando todo el camino hasta la torre Gryffindor.
Todos empezaron a reírse, hasta yo me reí un poco no pude evitar que era algo un poco gracioso, bueno salvo Hermione, que se puso de pie e hizo el contramaleficio. Las piernas de Neville se separaron y pudo ponerse de pie, temblando.
—¿Qué ha sucedido? —pregunte, ayudándolo a sentarse junto a Harry y Ron.
—Malfoy —respondió Neville temblando—. Lo encontré fuera de la biblioteca. Dijo que estaba buscando a alguien para practicarlo.
—¡Ve a hablar con la profesora McGonagall! —lo instó Hermione—. ¡Acúsalo!
Neville negó con la cabeza.
—No quiero tener más problemas —murmuró.
—¡Tienes que hacerle frente, Neville! —dijo Ron—. Está acostumbrado a llevarse a todo el mundo por delante, pero ésa no es una razón para echarse al suelo a su paso y hacerle las cosas más fáciles.
—No es necesario que me digas que no soy lo bastante valiente para pertenecer a Gryffindor; eso ya me lo dice Malfoy —dijo Neville, atragantándose.
Le puse una mano en la espalda para tranquilizarlo.
—Por supuesto que no estamos diciendo eso Neville ¿no es así Ron? Lo que Ron quiere decir es que no le dejes a Malfoy las cosas muy fáciles, eres muy valiente por venir aquí todo el camino con las piernas juntas, yo no me hubiera atrevido.
Harry buscó en los bolsillos de su túnica y sacó una rana de chocolate,se la dio a Neville, que parecía estar a punto de llorar.
—Tu vales por doce Malfoys —dijo Harry—. ¿Acaso no te eligió para Gryffindor el Sombrero Seleccionador? ¿Y dónde está Malfoy? En la apestosa Slytherin.
Neville dejó escapar una débil sonrisa, mientras desenvolvía el chocolate.
—Gracias, Harry.. Creo que me voy a la cama... ¿Quieres el cromo? Tú los coleccionas, ¿no?
Mientras Neville se alejaba, Harry miró el cromo de los Magos Famosos.
—Dumbledore otra vez —dijo— Él fue el primero que...
Bufó. Miró fijamente la parte de atrás de la tarjeta. Luego levantó la vista hacia nosotros tres.
—¡Lo encontré! —susurró—. ¡Encontré a Flamel! Os dije que había leído ese nombre antes. Lo leí en el tren, viniendo hacia aquí. Escuchad lo que dice: «El profesor Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald, en 1945- me tense un poco al escuchar el nombre de Grindelwald- por el descubrimiento de las doce apli- caciones de la sangre de dragón ¡y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel!».
Hermione dio un salto. No estaba tan excitada desde que le dieron la nota de su primer trabajo.
—¡Esperad aquí! —dijo, y se lanzó por la escalera hacia el dormitorio de las chicas. Mientras Hermione se fue mire a los chicos esceptica
—Acabas de decir que el hombre que hemos estado buscando hace un mes, estaba en el cromo de una rana de chocolate?!-les grite-¡RON TIENES COMO QUINIENTOS DE ESOS!
Harry y Ron casi no tuvieron tiempo de intercambiar una mirada de asombro y Hermione ya estaba allí de nuevo, con un enorme libro entre los brazos.
—¡Nunca pensé en buscar aquí! —susurró excitada—. Lo saqué de la biblioteca hace semanas, para tener algo ligero para leer.
—¿Ligero? —pregunté con Ron, pero Hermione dijo que esperara, que tenía que buscar algo y comenzó a dar la vuelta a las páginas, enloquecida, murmurando para sí misma.

Laila Scamander y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora