El despertador sonó a las siete, como todos los días desde que tenían seis años. Luke abrió un ojo y vio como Michael babeaba su almohada por quinta vez esta semana.
-Ya tienes que irte-murmuró con voz ronca y la boca pastosa.
Nada.
El teñido ni siquiera se movió.
-Michael, es en serio-recibió de respuesta balbuceos incoherentes-, la última vez casi nos descubren.
-Tu mamá no entra hasta las siete cuarenta-bostezó y se dio vuelta para darle la espalda al rubio.
-Michael.
-Jackson.
-Deja de ser un payaso-golpeó su brazo y tiró todas las mantas hacia atrás.
-Eres un jodido infeliz, dejaré de venir a dormir aquí.
-Eso no te lo crees ni tú-comentó con una sonrisa burlesca.
-Te juro que lo cumpliré si no me dejas dormir treinta minutos más-lo amenazó y se levantó de la cama para estirarse.
-¡¿Luke, ya estás listo para ir al instituto?!-gritó Liz del otro lado de la puerta, el rubio miró a su vecino alzando una ceja.
-Te lo dije-murmuró y el teñido le mostró su dedo medio-¡Ya desperté, mamá!
Michael abrió la ventana y se estremeció al sentir la fría brisa azotar su cuerpo.
-Ten, no te vayas a resfriar-atrapó la sudadera de Luke entre sus blanquecinas manos y le sonrió antes de irse a su casa.
Ya en su habitación se dio el gusto de oler la prenda del rubio.
-Buena suerte en el colegio, Mikey-se despidió Louisa, su madrastra.
Su padre la había conocido hace cinco años y se casaron hace tres, Michael la odio porque sentía que intentaba ser como su madre, pero luego comprendió que Louisa jamás podría serlo, no lo amaba ni la mitad de lo que lo hizo ella. También odió a su padre por intentar tener una nueva esposa, Karen siempre sería el amor de su vida, no podía traer a otra así como así.
Le tomó veinte noches entender que su padre jamás dejaría de amar a su madre. Veinte noches en las que Luke lo consoló y le hizo entender que nadie reemplazaría jamás a su madre.
No quería ni pensar en lo que sería sin Luke.
Se adentró al instituto con The Script sonando por sus auriculares, todo se le hacía más fácil si veía la vida con música. Podía ignorar a todos si tenía los auriculares puestos.
»La vida debería tener una lista de reproducción«, pensó mientras caminaba hacia su casillero esquivando insultos y empujones.
-¡Marica!-gritó alguien y lo empujó haciendo que se golpeara en su locker. Apretó sus dientes y azotó la puerta del casillero al cerrarlo.
¿Qué tenía de malo ser gay?
Nada. Pero parece que la gente de la escuela era tan retrógrada y neandertal que se habían quedado en los años cincuenta como para aceptar la homosexualidad, Michael hasta dudaba que conocieran la televisión a color. Si solo alguien no hubiera subido las fotos en la que salía besando a su ex novio todo estaría bien.
Todo estaría malditamente bien.
El timbre sonó, anunciando que el recreo había terminado, Michael suspiró resignado y se encaminó al aula de literatura.
-¿Cómo estás, Mike?-Ashton, su mejor amigo, enredó un brazo en su cuello y despeinó un poco su cabello.
-Que me sueltes-se quejó y otro brazo se enredó en su cuello, era Calum, su segundo mejor amigo.
Todos decían que no podían tener más de un mejor amigo y era porque no conocían a Ashton y a Calum.
-¿Alguien hizo la tarea de matemáticas? La maestra Liz me matará, otra vez-se quejó el moreno. Michael rodó los ojos y le entregó su cuaderno con todas las respuestas, las cual se las había dado Luke, obviamente.
Michael apestaba en matemáticas. Apestaba en casi todo, en realidad.
-¿Por qué no pasaste por mí?-miró a Ashton con el ceño fruncido-Tuve que venirme con Louisa.
-Louisa es un amor-comentó mientras entraban a clases-. Además me quedé a dormir donde Ainhoa.
-Sé que Louisa es un amor pero estar con ella, solos, en un auto por más de diez segundos, no puedo-se excusó, no le gustaba estar mucho tiempo con Louisa, le incomodaba.
La clase pasó demasiado lenta, estaban viendo la literatura en la edad media. A Michael no le importaba ni la literatura, ni la edad media.
-¿Clifford, podrías responder la pregunta?-levantó su mirada al profesor Liam e intentó recordar que pregunta le había hecho-¿Qué tipo de género lírico predominaba en la edad media?-repitió al ver que Michael no sabía ni qué día era.
-Dudo que al marica le guste leer, profesor-dijo Dan, uno de los trogloditas y mejor amigo de Luke.
Sí, su Luke.
-Basta, Paulson-reclamó el profesor y Michael se abstuvo de romperle la cara al infeliz ese.
Podía ser muy delgado pero eso no impediría que le rompa todos los dientes.
Luke apretó los labios al ver como todos se reían del teñido, no era gracioso. Odiaba que lo molestaran y odiaba a Mike por no defenderse.
Tomó su mochila y salió de la clase, ahora le tocaba matemáticas. Lo peor es que su mamá era la profesora y no había momento en que no lo ridiculizara diciendo "si sigues así te castigaré, Lukey pokie".
Con diecisiete años aún le decía Lukey Pokie.
En el baño mojó su cara y sacó un cigarrillo. No era un fanático de la nicotina pero no hacia mal uno de vez en cuando.
-Deberías dejar de fumar, en la noche la boca te apesta un montón-Michael salió de uno de los baños y lavó sus manos.
-Tampoco es para tanto, Mike-sonrió de forma socarrona ganándose un golpe en la nuca.
-Cuando estés postrado en una cama con cáncer de pulmón te diré: "te lo dije"-se sentó en el lavamanos y comenzó a balancear sus pies.
-Eres un extremista-soltó una risa ronca y, acomodándose entre las piernas de Mike, soltó el humo en su cara.
-Que puto asco, Robert-comenzó a toser mientras Luke se desternillaba de la risa.
Michael miró como Luke reía y se dio el gusto de observarlo como si fuera una de las mayores obras de arte, porque para él lo era. Con las mejillas rojas por sus pensamientos escondió sus manos en la mangas de su suéter hasta que el rubio dejó de reír.
-No seas nenita, Clifford-dijo con una sonrisa acomodándose mejor entre las piernas del teñido.
-No soy una nenita, Hemmings-respondió con las mejillas aún teñidas de rubor.
Se quedaron unos minutos en silencio, solo mirándose uno al otro, el cigarrillo de Luke había quedado olvidado y ya casi no quedaba.
Últimamente Michael lo hacía olvidar hasta su nombre.
El timbre sonó sacándolos de la pequeña burbuja que se creaba cuando los dos estaban juntos.
-¿En mi habitación a las once?-preguntó tomando su mochila para ir a clases.
-Eso no se pregunta, Luke.
Y Luke deseó volver a estar entre sus piernas.
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sleeplessness »muke«
Fanfiction«O en donde Luke tiene insomnio y Michael lo ayuda a dormir.» #1 en mukE BETCH DAFUQ