La rechazada

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Capítulo cuatro: “Mario Riffo.”

Lucky PDV, sábado, 8.47 AM.

Brick by brick llenó mi cuarto, ¿quién llama a ésta hora?

Tomé mi celular, son las ocho de la mañana, miré el identificador: Liam.

—¿Qué?

—Estoy con Alex, la quería ver.

—¿Quién te llevó?

Me senté en la cama.

—Sara. Me encontré algo escrito en la pared.

—¿Qué cosa?

— Qué linda mujer, Smith. Lastima que pronto morirá, un enfermero podría desconectarla. Te quiere, Charlotte... ¿Quién es Charlotte?

—Dile a Sara que limpie eso, por favor.

—Dice Lucky que limpies, por favor.

—Qué asco.— Murmuró Sara.

—¿Vendrás?— Preguntó mi hermano menor.

—Me avisas si ocurre algo.

—¿No vendrás?

—No, Liam.— Suspiré y corté la llamada.

Dejé el celular en la mesita de noche y me acosté, intentando dormir nuevamente.

No pude, recordé la carta de Sun que estaba en mi cajón. Lo abrí y saqué el sobre blanco.

De: Sun Collins.
Para: Alpha Lucky.

Abrí el sobre y saqué el papelito rosa.

“Quizá no me conozca, pero yo sí.
Conozco el sentimiento de angustia que se siente al perder a un mate. Yo lo perdí, él había sufrido un accidente y quedó en coma, estuvo así seis años. Nunca lo fui a visitar.
Me dolía el alma al verlo acostado ahí, sin decir nada.
Un día recibí una llamada del hospital, me emocioné al pensar que quizá Bruno había despertado.

Exactamente, me dijeron: "Su mate acaba de fallecer por hemorragia interna. Lo sentimos"

Esas son las peores palabras que pude escuchar, y no quiero ver al Alpha llorar por eso.

Vaya a verla, porque si la ve en un ataúd, se arrepentirá de no visitarla. De no tener fe.

Con cariño, Sun.

Ésta niña me había sacado lágrimas.