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Capítulo dos: Charlotte Riffo.”

Lucky PDV.

Ya estaba en casa, aún pensando en lo sucedido.

—¡Papá!— Matt corrió hacia mí.

—¿Cómo estás bebé?

—Bien.

Lo dejé en el suelo y salió corriendo.

—¡Cuidado Matt!- Dije preocupado al ver como casi se cae.

—Tranquilo, yo lo veré.— Dijo Maria.

Le sonreí.

Caminé hacia las escaleras y subí de tres en tres.

Me lancé en mi cama y busqué en mi celular.

Sara.

—¿Sí?

—Sar, necesito que traigas a Liam, él quería ir a ver a Alex.

Claro. Lucky... ¿Cómo estás?

Ayer tomó mi mano.

—¿Despertó?

Preguntó asombrada.

—No.— Dije triste, mirando la foto que tenía de ella en mi mesa de noche.

—Yo creo que es hora de desconectarla.

—¡No! Ella despertará, estoy seguro.

—Lucky... Asúmelo, ella no lo ha...

Le corté.

Dos horas más tarde, llegó Liam junto a mi hermana.

—Hola Demonio.

—Hola imbécil. — Dijo mi hermano menor.

—Bien Sar, puedes irte.

—Lucky...

—Adiós.— Entré al pequeño y cerré la puerta.

—¿Iremos a ver a Alex?

—Sí.— Sonreí triste.

—Lucky, por favor, no dejes que muera. Yo la quiero mucho.— Dijo con voz quebrada. Lo miré y me agaché a su altura.

—Nada es para siempre.

—Pero ella si lo es.— Se lanzó a mis brazos.

—Enano, ella no despertará. — Dije asimilando la idea.

—¡Sí, ella si lo hará! Y cuando despierte, le entregaré las cartas.

—¿Qué cartas?

—Dónde le escribo lo que siento, lo que pienso y lo que pasa con ustedes.

—Oh, Liam.— Me levanté con él en brazos.

¿Por qué todo se complica? En un segundo la vida da un giro en 180° grados.

La rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora