Catalina, una mujer de 25 años llega a Perú para saldar una deuda pendiente con la mujer que destruyó la vida de sus padres. Con esa idea en la cabeza se adentra en la vida de una adinerada, poderosa y corrupta familia sin saber las consecuencias qu...
A la salida estaba determinada a encontrarme con Iker por lo que con disimulo me puse a buscar en unos archivos en que parte del edificio trabajaba. El último piso en el área de publicidad; fui con determinación al ascensor y cuando estuve en su piso me dispuse a buscar a la linda y amable secretaria que me había atendido cuando llegué, eso me iba a servir de pretexto para justificar estar aquí.
- Hola –saludo alistando sus cosas en su pequeño bolso – ¿Qué tal tu primer día?
- Creí que me costaría adaptarme pero ha sido bueno en términos generales.
- Me alegro –tenía una sonrisa autentica.
- Venía a verte porque necesitaba una ayuda.
- ¿Qué necesitas? –estuvo muy dispuesta a apoyarme.
- ¿Tienes un mapa de aquí? Me he perdido como tres veces buscando el baño o algún lugar en donde sacar copias. –hice un mohín.
Se rió de mi manera de decirle y volvió a sentarse.
- Déjame que te explico. –me sentí un poco mal por hacerle quedar más tiempo.
- Mejor lo hacemos mañana. No quiero quitarte tiempo.
- Está bien, linda. Mañana si puedes ven media hora antes porque yo ingreso a las ocho.
Me despedí y antes de salir di una vuelta por los pasillos con la esperanza de encontrarlo hasta que di con mi objetivo. Estaba conversando en una esquina con Roberto.
- Hola, nueva –dijo Roberto al verme e Iker volteó a mirarme de pies a cabeza. – ¿ya te adaptaste?
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- Claro que sí. André y Rita son muy buenos; me han puesto al tanto de todo y ya hemos trabajado en ultimar detalles de la colección de invierno.
- Sobretodo André que tiene una fijación con Iker. –Roberto dijo en burla.
- Basta, padre.
Lo miro serio lo que provocó que su papá riera más.
- Bueno solo necesitaba algún plano del edificio y se lo vine a pedir a su secretaria porque estaba echa un lío más temprano.
- Suele pasar –me dijo el hombre que me entrevistó hace un par de días –hasta que te acostumbras. Bueno chicos me tengo que ir. Que tengan buena noche.
Se fue a paso ligero y con un asentimiento de cabeza me di la vuelta caminando contoneando las caderas sabiendo que iba a funcionar.
- Catalina –sí, claro que funcionaba –bajo contigo.
Le espere a que se ponga a mi lado.
- No creí que tu papá sabía lo de André.
- Si te refieres a sus preferencias pues toda la empresa lo sabe. El hombre es demasiado obvio.
