La pasamos bien y felizmente que Lidia no era una persona entrometida, no preguntó nada sobre lo que había pasado antes de salir. Fuimos a comer a un lugar donde aparte de sabroso había una presentación en vivo de una orquesta que animaba muy bien lo que nos levantó los ánimos a las tres que coreamos las canciones que sabíamos.
Luego fuimos de compras; paseamos por muchas tiendas en el centro comercial y agradecí haber venido con zapatos cuñas para que mis pies no sufrieran tanto. Incluso nos tomamos un par de fotos para el recuerdo de nuestra tarde de chicas. Para mí resultaba agradable tener una tarde tranquila sin agobiarme por lo demás, Judith tenía razón al decir que debía que pensar en mi más seguido.
Dejamos a Lidia en su casa y nos fuimos a nuestro departamento; en el camino puse al tanto de todo a Judith que escuchó con atención haciendo gestos en los momentos adecuados.
- No lo puedo creer. Iker está desesperado, por eso te contó la verdad.
- Como sea que fuera, esto me servirá para tenerlos peleados. –dije sin rastro de emoción en mis palabras.
- ¿Cuándo te volviste tan fría?
- Solo con ellos.
Cuando bajamos fuimos a comprar algo para la cena y de paso preparar algún postre viendo una película tiradas en el mueble.
El domingo por la mañana fuimos las dos a visitar a mi madre.
- Judith, querida ¿Cómo estás?
Mi madre se alegró de verla y eso me ponía contenta a mí también.
- Muy bien señora. Usted se ve increíble, ese peinado le sienta excelente.
- La enfermera quería probar otro look y acepté; dice que me venía bien un cambio aunque creo que frente al espejo sigo envejeciendo.
Se le veía más joven con la forma de su cabello hacia un lado. Me gustaría tener más tiempo con ella pero no podía arriesgarme a que alguien me viera a su lado porque podrían reconocerla aunque lo más probable es que sea una sombra a lo que eran antes del accidente.
- ¿Qué descubriste? –me hizo sentir un tanto mal que su primera frase hacia mí, fuera esa pero lo deje estar.
- Tienen negocios con el narcotráfico y según Garrett parece que alguien esta extorsionando a Roberto y por eso viaja tan seguido.
- ¿Y de ella?
- No sé si sabrá algo al respecto pero me odia. De eso más que seguro.
- Bien.
Deje de lado la parte de los primos porque al darle estas nuevas noticias parecía haberse quedado tranquila. Almorzamos con ella y al despedirnos, como siempre me hizo recordar nuestros propósitos en este país, le dije que no se preocupara porque ni por un momento iba a alejar eso de mi mente.
- ¿Qué quieres hacer? Te dije que hoy haríamos lo que tú quisieras. –le dije a Judith cuando estábamos afuera.
- Quisiera ir al parque de las leyendas pero ¿crees que sea limpio?
- Llevas siempre tu gel antibacterial ¿no? Creo que no hay riesgo.
- Vamos entonces.
La pasamos muy bien mirando a los animales hasta que fue la hora de cerrar y con tristeza dijimos que a la próxima vendríamos más temprano, especialmente para ver al león que había dejado a Judith con un mal sabor de boca porque estaba dormido y no pudimos verlo en todo su esplendor.

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Tormenta del Pasado - #FBA2017
RomanceCatalina, una mujer de 25 años llega a Perú para saldar una deuda pendiente con la mujer que destruyó la vida de sus padres. Con esa idea en la cabeza se adentra en la vida de una adinerada, poderosa y corrupta familia sin saber las consecuencias qu...