Regresé a la casa para cambiarme de ropa y ya estaba Garrett esperándome.
- ¿Cómo te fue?
Estaba con ropa casual y aunque no lo había visto en varios días no me nació acercarme a saludarlo con un abrazo como lo hubiera hecho en otras circunstancias.
- Bien ¿ya tienes todo listo?
- Tiene que firmar Iker porque es a nombre de él que dejó todo y luego tú aceptando la trasferencia.
- Que alguien se encargue de hacerle llegar los documentos. Voy a darme un baño.
Comencé a subir las escaleras cuando me llamó y volteé a mirarlo.
- Esther quiere hablar contigo. –lo pensé un momento.
- ¿Cómo está?
- No del todo bien, le hicieron estudios y está muy debilitada.
Esa noticia me entristeció, iba a llamarla pero ahora no era el momento. Volví mi camino hacia mi cuarto y me deshice de esta ropa que me molestaba desde que salí del lugar de encuentro con el coreano. Durante el baño fue como si el agua se deshiciera de la suciedad que sentía en mi cuerpo pero la de mi conciencia seguía atormentándome, presiento que eso será para siempre.
- Lo siento mucho Judith pero no todos podemos ser buenos como tú.
Dije mientras caía el agua por mi cabellera. A los minutos cerré la llave y me envolví en una toalla grande mientras secaba mi cabello, la bulla de la secadora me impidió escuchar que alguien entró hasta que tocaron la puerta del baño.
- ¿Quién es?
- Señorita –era Celia –lo siento por entrar pero es que no me respondía.
- ¿Qué pasa? –insistí desde detrás de la puerta.
- Me han dicho que le avise que el señor Villarreal ya firmó.
- Gracias.
Al no escuchar nada más de mi parte se retiró. Dejé la secadora a un lado para peinarme y lentamente las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos nublando mi visión frente al espejo. Seguro pensaba que le mentí como antes y estaba bien, no podía permitir que pensara que entre nosotros algo más se podría formar y menos suponer un futuro bonito para los dos ¿Qué futuro podríamos tener? Ninguno, esa era la respuesta desde siempre. A mi lado nadie tendría un buen futuro, eso ya estaba demostrado.
Sequé la humedad de mi rostro y me puse una ropa cómoda con botas bajas para volver a salir.
- ¿A dónde vas? –Garrett estaba en la sala con un vaso de jugo en la mano.
- Tengo que encargarme de algo.
- ¿De Victoria? –que bien me conocía, no en vano hemos crecido juntos y pasado tantas cosas a lo largo de los años.
- Tengo que hacerlo, Garrett –su mirada me dijo que se sentía mal por mí. –Lo siento.
- No es lo que Judith hubiera querido.
- ¡Ella está muerta!
Se lo grité a él y a mí misma. Lo grité a todo pulmón desquitando ese peso que tenía desde que ella había muerto, me laceraba en el interior cada vez que pensaba en ella y en todo lo que pensaría de las horribles cosas que estoy haciendo. No pude evitar quebrarme por tanta maldad que tuvo que soportar sin hacer nada malo directamente, solo por ser mi amiga ya no estaba en este mundo y eso era lo más espantoso que tendría que cargar por el resto de mi vida, que ahora que lo pensaba esperaba que fuera poco. Una persona como ella merecía lo mejor y ni siquiera a la persona que escogió para amar pudo corresponderle.
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Tormenta del Pasado - #FBA2017
RomanceCatalina, una mujer de 25 años llega a Perú para saldar una deuda pendiente con la mujer que destruyó la vida de sus padres. Con esa idea en la cabeza se adentra en la vida de una adinerada, poderosa y corrupta familia sin saber las consecuencias qu...