Catalina, una mujer de 25 años llega a Perú para saldar una deuda pendiente con la mujer que destruyó la vida de sus padres. Con esa idea en la cabeza se adentra en la vida de una adinerada, poderosa y corrupta familia sin saber las consecuencias qu...
Cuando la ambulancia llegó Álvaro ya había perdido la conciencia. Saber que de cierto modo yo fui causante se esto me hacía sentir una culpabilidad que nunca en mi vida experimente; es horrible.
Lo pusieron en una camilla administrándole ya un suero y otras cosas que los paramédicos consideraban necesarias frente a mí que no podía quitarle la mirada de encima asombrada y rogando que no le pasara nada malo.
- Vamos.
Iker me jaló del brazo bruscamente para meterme a su carro e ir a la clínica. Una vez allí nos dijeron que Álvaro había entrado a sala de operaciones de emergencia por una hemorragia interna, el alma se me fue a los pies.
Luego llamó a su tío para darle la noticia; me senté en la sala de espera totalmente aletargada siendo consciente a medias de lo que pasaba a mí alrededor.
- Todo va a salir bien –Iker se sentó a mi lado agarrándome la mano fuerte con semblante preocupado –él es fuerte.
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Lo miré y pude notar que lo decía más para convencerse a sí mismo que a mí. A los minutos llegaron Jhonatan y Rosangela, esta última derramando lagrimas por doquier, apenas me vio corrió a abrazarme tan fuerte que me dolió pero no me quejaba.
- ¿Qué te han dicho? –preguntó un padre desesperado por conocer sobre el estado de su hijo.
- Está en sala de operación ahora y no salen a decirme nada.
Jhonatan fue a la recepción donde le dieron la misma respuesta que hace rato a nosotros: su hijo está en cirugía en cuanto el doctor termine le haremos saber su estado, tenga paciencia y tome asiento por favor.
Me sabía ese discurso de memoria porque también lo habían usado con la madre de Garrett cuando tenía alguna recaída.
- ¿Cómo está mi nieto?
Victoria estaba casi corriendo hacia su familia seguida de Renato que estaba muy angustiado por su expresión. Jhonatan abrazó a su madre refugiándose en sus brazos donde sin poder contenerse lloro como un niño.
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