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Hoy estaba entrenando porque tenía una lucha importante hoy, por lo que vine unas horas antes para calentar mientras Matty hablaba por teléfono, quizás con su novia no novia... Sí, era algo complicado.

No fue hasta 45 minutos después de que empecé a practicar con el saco cuando Pete entró corriendo.

—¡Ryan no sabes las buenas noticias que tengo!— dijo.

—¿Vas a dejar la casa de tus padres?— le dije sin mirarlo y rió.

—No te convendría, y no. Vamos Ross, adivina.

—¿Al fin tendrás el estudio que tanto querías?

—Wow, no pensé que lo adivinarías...

—Recuerdos de la adolescencia, de los pocos que me quedaron.

—Como sea, podrías trabajar conmigo y Patrick, hermano.— me propuso.

—¿Y ver como otros triunfan? ¡Ja! Ni soñarlo, Wentz.

—Los dos sabemos que amas la música más que nada en este mundo, Ryan. Podrías dejar toda esta basura atrás...

—Ya dije que no, no me jodas.

Pete estaba metido en esto antes pero solo por diversión y por capricho, por eso creía que terminar con esto era tan fácil. Yo no, tenía que mantener otras personas y no podía arriesgar mi lugar como campeón.

Se fue de ahí, seguramente molesto.

Seguí enfocado en la bolsa hasta que sentí que Matty se acercaba a mí, por lo que pare de golpear para que no le pegué el saco. Matthew era extremadamente flaco y no creo que tenga mucha fuerza, por ello, si seguía dándole con la intensidad que estaba haciéndolo, podría pegarle y hacerlo caer.

—Deberías aceptar.— dijo.— Parece una buena oportunidad...

—No voy a hacerlo, no puedo dejarte tirado a vos ni a mi padre. Fin de la discusión.

No dijo nada más, por lo que volvió a su silla mientras me dijo que descanse y que me vista.

Pasaron las horas hasta que sonó la última campanada, indicando que ya habíamos terminado. Fui a tomar agua mientras esperaba los resultados, había sido tan parejo que no sabía que esperar. Pero por suerte, las cosas salieron a mi favor.

Espere las típicas felicitaciones y esas cosas, hasta que Matty me dio la señal de que podíamos irnos.

Le dije que me llevará a mi casa, porque sabía que Pete iba a estar enojado conmigo y no quería molestarlo más y empeorar las cosas.

Sin embargo, al encontrarme con mi padre allí, que apenas me vio me arrojo una botella que esquive, decidí dejar el dinero e irme a lo de mi amigo, porque no quería hacer algo de lo que me podría arrepentir.

Tomé mi motocicleta y empecé a conducir a toda velocidad. Todavía no era muy tarde, supongo que era medianoche y un poco más, por la cantidad de coches que había.

Estacioné mi motocicleta y me trepé al árbol, sorprendiéndome de encontrar la luz prendida. El niño estaba despierto.

Entré y me miró algo asustado, pero se tranquilizó al saber que era yo. Aunque debía estar mirándome mi labio sangrante.

—¿Quieres que te ayude con tu labio?— me preguntó inocente.

Negué con la cabeza.— Ya sé dónde está el botiquín, lo único que te pido es que me dejes dormir aquí, por esta noche.

—¿Pete se enojó?— dijo alzando. una ceja

Hice un mueca mientras movía mi mano para indicar un "más o menos". No hizo más preguntas y devolvió su vista al libro.

Me di una ducha en el baño de aquella habitación para relajarme un poco. Después de secarme y quedarme solo en bóxers, me puse algo de alcohol en el labio, para que no se infectara.

Apagué la luz del baño y volví al cuarto, dejando mi pila de ropa en mi bolso en alguna parte del piso.

—¿No tienes calor?— le pregunté mirando su pijama.

Era una camisa gruesa en conjunto con un pantalón, el mismo de la otra vez. Lila, con estampado raro de color dorado.

—Es cómodo, no me gusta dormir descubierto...

—Ah.

Me acosté, apagando la luz grande y prendiéndole un velador para que pudiera seguir leyendo, sin molestarme del todo.

Le murmuré un "buenas noches" y él me respondió de igual forma. Aunque de hecho, no pude dormir inmediatamente. Ni siquiera cuando Brendon se fue a dormir, que fue un largo rato después de que yo empezará a intentarlo. Es más, él se durmió antes que yo.

Lo abracé, aprovechando que estaba dándome la espalda, para comprobar si quizás así podría dormirme de una buena vez, cosa que funcionó.

b f b ;; rydenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora