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Inhalo y exhalo.

Realmente necesitaba relajarme, sentía que debía hacerlo por lo tensos que estaban mis músculos. Usualmente la bolsa de boxeo me ayudaba con estos casos, pero hoy parecía que no tenía remedio.

Quizás sí lo tenía, pero ese remedio era exactamente lo que causaba mi pérdida de cordura, por más incoherente que eso suene.

—Deberías descansar— dice Matthew. —, ya hiciste mucho por hoy.

—Sabes que no lo hice solo por practicar, así que no entiendo por qué me estás diciendo esto.— le respondí.

—Pues lo que sea que te esté pesando, parece no irse de esta forma. ¿Por qué no tomamos algo y me cuentas lo que pasa?

—¿Desde cuando hablamos tanto?— dije, frunciendo el ceño.

—Vamos, yo invito.— dijo levantándose de la vereda.

Me había acompañado hasta acá solo para que fumemos un poco, pero él sabía que quizás con un poco de alcohol iba a ser más fácil que yo suelte algo.

Resignado, me pare y los dos subimos a mi moto.

Podíamos ir caminando hacia un bar que hay a unas esquinas de mi casa, pero probablemente me encontraría a mi padre allí. Prefiero que el escándalo lo haga en casa, o al menos no en mi presencia para que nadie me pueda asociar con su asquerosa persona. De todas formas, se tarda lo mismo en llegar a ambas opciones.

Nos sentamos en una mesa en la sección de fumadores, no es como que tuviese ganas de fumar, pero él sí. Pedimos simplemente cerveza, tampoco es que me apetecía emborracharme estrepitosamente.

No empezó directamente con el interrogatorio, primero me contaba como estaba su relación con su novia

—¿Sabes? Nunca me has mostrado una foto de ustedes dos y eso que siempre hablas de ella.— le comenté.

—Porque nunca te había interesado.— replicó antes de sacar su teléfono.

En la foto se veía a una chica algo más chica que él, de pelo colorido, sonriéndole a la cámara con una remera que obviamente era de Matthew. Me sonaba familiar de algún lado.

—¿Cuántos años tiene?— pregunté.

—Diecisiete, pero es increíble. Te juro que-

—Espera...— lo interrumpí.— ¿Sabes a qué colegio?

—¿Ubicas ese colegio con el emblema blanco y celeste, que está cerca de la casa de Pete? Bueno, a ese va ella.

—Oh... Qué interesante.

—¿Hay algo que no me estás diciendo, Ryan?— preguntó.

No era lo correcto meterme en los asuntos amorosos de otras personas, y menos cuando solo lo hacía para mi propia pequeña venganza. Pero mi boca siguió contenta hablando sin culpa.

—Digamos que estoy en algo también con un chico de instituto. Nada serio, pero es curioso que la otra vez los encontré besándose en mis narices.

b f b ;; rydenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora