b f b ;; ryden

12

(Este capítulo es temporalmente anterior al 11)

Ryan hoy no iba a venir, según Pete. Por lo que tenía total libertad de hacer lo que quisiera.

Pensé en pintarme las uñas, había encontrado quitaesmalte y todavía tenía los esmaltes que le había regalado su amiga hace un tiempo. Sin embargo, antes me las corte un poco para luego limármelas. Si no iban a estar perfectas por no tener esmalte, que al menos se vean sanas al natural.

Pinté una de un color distinto, eligiendo el primero que veía. Quizás no fue mi mejor idea, pero aún así se veía bonito.

Decidí tratar de hacer un patrón pero realmente fue un desastre, por lo que tras varios intentos de hacer algo más o menos parejo, decidí volvérmelas a pintar todas de un violeta oscuro que me encantaba.

Me las quede viendo un rato, admirando lo hermosas que quedaban al ser pintadas con ese color. Después mire las uñas de mis pies, y decidí repetir el proceso.

Me pasé la tarde, después de mi sesión de manicura y pedicura, escuchando música.

Creo que mis vacaciones se iban a estar solo, si es que Ryan contaba como compañía puesto que no era de hablar mucho conmigo. No iba a tener otros amigos hasta que, si todo sale bien, empiece mi último año de secundaria.

Últimamente hable con mi amiga y mi, oficialmente, ex novio pero también amigo; para no sentirme completamente solo. Seguía queriéndolo, por eso le pedí de no perder el contacto conmigo... pero no íbamos a vernos en persona hasta quién sabe cuando y así las cosas no iban a funcionar bien.

No me mal interpreten con lo de sentirme solo, mi familia adoptiva estaba siendo bastante buena conmigo, a pesar de que no me conocían completamente. El hecho de que me hayan sacado de ahí habiendo podido conseguir un chico mucho mejor que yo, me hacía tenerles demasiado aprecio. Sin embargo, todavía no tenía un vínculo tan profundo con ellos.

Cuando escuché la puerta principal abriéndose, me fui directo al baño para sacarme el esmalte de uñas de las manos, para seguir manteniendo mi secreto oculto.

Envolví el algodón usado en una hoja mientras escondía todo lo otro que había usado donde debía estar.

Bajé a la cocina, saludando a Pete y a Patrick en el proceso.

—¿Quieres ver una película con nosotros? Hoy nos toca Bambi.— dijo Patrick emocionado.

—¡Claro! Ahora los alcanzó, voy a buscar algo para comer a esta hora.— acepté entusiasmado.

Tomé unas galletitas mientras me sentaba en el sillón junto a los dos tórtolos. Apoye mis pies en la mesita y me acomodé mejor.

Creo que solo pudimos llegar a ver unos veinte minutos de la película, cuando Pete habló.

—Brendon ¿Qué tienes en las uñas de los pies?— me preguntó.

Desvíe la pista de la pantalla hacia mis dedos, en los cuales todavía había esmalte. ¡Demonios! Me había olvidado de sacarme la pintura de allí.

—Y-yo n-no sé...

—No tengas miedo, Brendon.— me murmuró Patrick, quien se encontraba al lado mío.— ¿Me quedó?

Asentí, mientras sentía mis mejillas humedecerse a causa de algunas lágrimas.

—¿Brendon?— me llamó mi hermanastro.

—Me gus-stan las cosas de chi-icas.— admití, para luego tapar mi cara con mis manos.

Sentí a Patrick rodear mi cuerpo con sus brazos, mientras subía y bajaba mi mano por la espalda.

Siempre tengo miedo de contarle a la gente las verdaderas cosas que me gustan porque sé que la gran mayoría tiende a juzgarme o criticarme por ello. Aunque fuese por mínimos detalles, como las uñas, un poco de maquillaje o incluso collares. Las únicas personas que me aceptaron como realmente era, fueron mis dos amigos y mi abuela.

—Brendon, está completamente bien que te guste. No soy vos para decir que te tiene que gustar y que no, y menos cuando a mí también pueden juzgarme por mis gustos.— dijo Pete.— Sos asombroso.

—G-gracias her-rmano.

Se acercó a mí para darme un abrazo, el cual yo correspondí.

—No hay por qué, hermanito. No tienes que agradecerme por estar orgulloso de que puedas confiar en mí.

—Bueno, no sé ustedes, pero yo creo que esto merece ¡Una pizza de celebración!— dijo Patrick.

—Si mi bebé lo dice, así será.— dijo Pete.