18

1.2K 179 226
                                    

Me desperté bastante sudoroso y con una gran molestia en mi... ya saben, eso. Y todo por empezar a ver esos videos, ahora hasta en mis sueños pensaba en eso.

Ryan estaba durmiendo tranquilamente, por lo que tuve que ir al baño para poder calmarme.

Me bajé mis pantalones junto con mi ropa interior y casi grito del alivio al no tener nada presionando mi parte baja, pero también se me aceleró la respiración al ver... eso.

Encendí la ducha para que haya un poco de ruido, me avergonzaba de esto y más cuando tenía a Ryan durmiendo a unos metros mío.

"Puedes hacer esto" me dije a mí mismo, "Solo cierra lo ojos, no pienses que es tu mano"

Mi mano derecha lo tomó, empezando a moverse por todo el largo. Sentía mi pulso y mi temperatura corporal aumentar.

Mi mente voló a las veces que Ryan lo había hecho por mí y el sueño que había tenido anoche, hecho que me hizo morder mi labio para evitar hacer sonidos. Mis músculos se tensaban hasta tal punto que sentí mis ojos aguarse.

Cuando terminé, me metí rápidamente a la ducha.

Ryan ya estaba en la cocina, preparándose algo para comer.

—Buen día, niño.— dijo sin darse vuelta.

Me senté en la pequeña mesa que había allí y lo observé haciéndose el desayuno. Su espalda estaba descubierta por lo que se podía admirar sus tatuajes, de todas formas, tenía una espalda bastante linda.

—Brendon.— me llamó.— Te estuve hablando, pero estabas más concentrado en mirarme.

—Lo siento.

Mi cara empezó a tomar color y bajé la cabeza, observando mis pies como si fueran algo sumamente interesante para ni verlo.

—Dios Brendon, sos tan inocente.— dijo poniendo un plato enfrente mío con el almuerzo.

—Mis padres me decían que era mejor. Eso me mantenía alejado de los pecados y de la maldad en el mundo.

—Es imposible hacerlo.

—Lo sé.— dije suspirando.

Por algo no me quisieron, a fin de cuentas.

—Sabes Brendon...— dijo, sentándose al lado mío.— creo que deberíamos hablar.

Deje caer la cuchara en el bol de la sorpresa porque definitivamente no me esperaba eso. Me volteé para verlo y al ver que se encontraba tan relajado, intenté actuar normal.

—B-bueno.— dije fallando.

—Voy a ir al grano con esto, porque odio la gente que da miles de vueltas para decir algo,— empezó a hablar.— te tengo ganas. ¿Me entendes? Pero solo eso, nunca fui más allá y así se quedara.

—No en-ntiend-o...

—Podemos ser amigos, pero...— dijo al mismo tiempo que su mano se posaba en una de mis piernas, acariciandola.— con ciertas ventajas.

Me miró con una pequeña sonrisa, derritiéndome todavía más.

—Claro que no voy a presionarte ni nada. Esta en tus manos y no quiero parecer que me aprovecho de vos.— dijo alejándose bruscamente.— Está en tus manos, solo quería aclarar las cosas, puesto que vamos a tener que vernos de una forma u otra.

Quería gritar que sí, quería seguir con esto porque estaría loco si no acepto.

—Bien.— solo pude decir.

—Bien.— repitió.

Desayuné rápido, aunque sentía mis manos temblar un poco.

Me vestí con unos jeans ajustados y una remera también ajustada... solo porque quería lavar mi pijama, no para impresionarlo ni nada por ese estilo. No, claro que no.

Me puse un poco de protector de labios con sabor tutti frutti porque sentía mis labios demasiado secos.

Baje las escaleras para dejar en el canasto de la ropa sucia mi pijama, y me fui a sentar al sillón, donde estaba Ryan con su teléfono.

—Veamos una película.— dije acomodanme a su lado.

Me mira con una ceja levantada, pero simplemente responde "okay" para dejar a un lado su teléfono y tomar el mando de la televisión.

No prestó atención en lo que elige, solo me concentró en el rico olor a perfume que tiene.

—Estoy seguro que esta serie te va a encantar, se llama "Happy tree friends".— me dijo riéndose.

Era una caricatura de animales tan tiernos que no pude evitar decir "aw", al menos eso parecía...

Apenas apareció el primer poco de sangre, pegue un saltito y me escondí en su cuello. Me daba mucha pena ver animales desangrandose.

Él simplemente reía pero también me abrazaba, hasta dejándome estar sobre sus piernas.

—¿Podemos ver otra cosa? No quiero ver animales muriendo...— dije haciéndole un puchero, quizás así caía.

—Solo porque te ves muy bien con esos jeans y esa carita.— dijo mordiendo levemente mi labio inferior.

Me tomó del cuello para acercarme más y así besarme. Yo me acomodé mejor en su regazo, poniendo una pierna de cada lado de las suyas.

El beso era rápido, fuerte y húmedo, nada que ver con como lo eran con mi ex. Esto daba una sobrecarga de adrenalina y un cosquilleo en la piel. Como si estuviese en uno de los pisos más altos del Empire State y pudiera ver todo desde allí.

—¿Tienes algo en los labios?— dijo apenas se alejó.

—No...

—Hmm.— dijo dándome un casto beso.— Saben bien, más de lo que recuerdo. ¿Seguro?

—¿Para qué mentiría?— dije tratando de esquivar el tema.

Estaba a punto de decir algo pero lo corté, besándolo otra vez. Sin sentimientos, por supuesto. Tenía esto todo controlado...

b f b ;; rydenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora