La hija de Severus Snape.

Capítulo 7:¿Qué haces aquí, Audrey?

Estaba en el gran comedor, con mi casa, Slytherin, al lado de Malfoy y Crabbe. Seguían mirándome de la forma en que siempre lo hacían. Me intimidaban. En ese momento las puertas del Gran comedor se abrieron y apareció mi hermana. ¿Qué hacía aquí? Nada más verme, se dirigió hacia mí. Todos los demás chicos la observaban y murmuraban.

"¿Quién es?"  "¿Qué quiere?" "¿De qué va vestida?", eran algunas preguntas que oía murmurar.

Vestía una camiseta roja y unos vaqueros negros. Lo que para los magos era raro, pues no estaban acostumbrados a ver a gente vistiendo esa ropa.

Llegó a dónde estaba yo. Al ver su rostro, me di cuenta de que le caía sangre por toda la cara. Yo le preguntaba qué había pasado, pero ella no contestaba. De repente, Audrey se cae al suelo. No respiraba. Intenté pedir ayuda, pero nadie de los aquí presentes se levantó siquiera. Algunos se reían. En ese momento, Malfoy se levantó y se sitúo en frente mía. Nuestras caras estaban separadas por apenas 5 centímetros.

"Eres la siguiente, sangre sucia."

Al decir eso, dibujó una sonrisa en su cara y empezó a reírse. Los demás Slytherin no tardaron en imitarlo y decirme cosas.

"Una sangre sucia no puede estar en Slytherin." decía aquella chica, Pansy.

"No te queda mucho tiempo, Ronan." decía Draco con maldad. "Pronto Voldemort se librará de ti. ¿Para qué iba a querer a una asquerosa sangre sucia?"

" Ya ha acabado con tu asquerosa familia muggle. Ahora te toca a ti." decía una chica rubia sentada al lado de Pansy.

En ese momento llegaron Harry y Ron.

"Te lo advertimos, Helena."dijo Harry. " ¿Por qué le has contado tu secreto a Snape? No es de fiar."

"   Voldemort ha matado a tu familia." continuaba hablando Ron." Ahora irá a por ti."

En la mesa de los profesores se encontraba Snape, mirándome, como no. Me acerqué a él, llorando. Empecé a gritarle que por qué había contado mi secreto. El solo se limitaba a observarme. Le eché la culpa de la muerte de mis padres. Cuando acabé de gritarle, se levantó y se acercó a mi

" ¿Cómo te atreves a dirigirme la palabra, sangre sucia?" dijo gritándome, para que pudiera escucharlo todo el mundo.- No sé cómo has podido entrar en Slytherin. Slytherin solo admite futuros grandes magos, no futuros cadáveres sucios.

Salí de allí corriendo, mientras lloraba. Llegué al baño de las chicas y me encerré en un baño. Pude oír como alguien entraba al aseo y se situaba justo detrás de la puerta en la que me encontraba. Supuse que sería otro alumno de Slytherin que quería reírse de mí. No podía tolerarlo, así que abrí la puerta de un golpe e intenté gritarle que se largara, pero no me salía la voz.

No era ningún alumno de Hogwarts. Vestía una túnica, parecida a la que llevaba Snape, y una capucha que ocultaba su rostro. Le dije que se quitara la capucha y dejara que viera su rostro. Él esperó un momento en silencio. Momento que se me hizo eterno. Le volví a gritar que se quitara la capucha. Esta vez me hizo caso.

Pude ver aquel extraño rostro. Era un profesor. No sabía su nombre, pero era muy extraño. Oí una voz que provenía de detrás de aquel hombre. Observé que no había nadie. Volví a oír esa voz. Le decía a aquel profesor que me matase.

Él obedeció y sacó su varita.

"Estás de suerte, podrás volver a encontrarte con tus asquerosos padres muggles." decía mientras me apuntaba con su varita. "¡Avada Kedavra!"

"¡No!" grité.

Solo era una pesadilla. Me desperté sudando y temblando. Seguía en la habitación de Snape, sola. Empecé a llorar. Entonces, la puerta de la habitación se abrió y apareció Snape.