Capítulo 35: Durmiendo con un monstruo en casa

842 60 6
                                    

Y así fue. Ahora sí que estaba en verdadero peligro. Y si yo estaba en peligro, Audrey también lo estaría.

Severus decidió que lo mejor sería que yo me fuera a vivir con él, y que Audrey siguiera en la casa dónde estaba. Enviaría a alguien a protegerla. Además, si pasaba algo, él sería el primero en saberlo. Después de todo, él es la mano derecha de Voldemort.

Yo tendría que conocerlo, pues si Severus no se lo contaba, sería mucho peor. Desconfiaría de él y me utilizaría en su contra.

Severus se reunió varias veces con él y después con Dumbledore. Yo, mientras tanto, debía permanecer en su casa sin salir.

Estaba aburrida. No podía salir, no podía hablar con nadie, la televisión no funcionaba, no podía enviarles cartas a mis amigos. Era como estar prisionera en mi propia casa. Bueno, en casa de mi padre.

Al final, Severus llegó. Fui corriendo a abrazarle, sin darme cuenta de que no estaba solo. Cuando me separé de él sonriéndole, miré quién había a su espalda. Mi sonrisa se borró enseguida y mi felicidad también. Estaba delante del asesino de mis padres. Del asesino de Cedric. Era cómo en mi sueño.

Tragué saliva en cuanto aquel monstruo se aproximó hasta mí.

"Así que tú eres Helena, ¿verdad?" dijo retóricamente.- "Has salido a tu padre."

"Lo sé." dije intentando no parecer grosera. "¿Y qué hace aquí? ¿Ha pasado algo?"

"No, Helena. El señor tenebroso pasará esta noche con nosotros, en lo que los Malfoy preparan su mansión para su llegada." mi padre hizo un gesto que parecía decir lo siento.

No me hacía mucha gracia compartir casa con el hombre que intenta matarme a mí y mi hermana.

"No te preocupes, Helena. No voy a matarte. Ni a tu hermana tampoco. ¿Audrey se llamaba no?"

Me quedé helada al escucharlo. ¿Podía leerme la mente? Porque si era así, tendría que tener mucho cuidado con lo que piense. Podría enterarse de que mi padre lo estaba traicionando.

Entonces se me ocurrió pensar en libros. Tenía que tener mi mente llena de libros. Era muy difícil, pues no dejaba de preguntarme por Harry.

"Tu padre me ha dicho que acabas de terminar tu cuarto año en Hogwarts." me ponía nerviosa la forma en la que hablaba. "Por lo que estás en el mismo curso que Harry Potter, ¿verdad?"

"Sí, pero ella no anda con Gryffindors." contestó mi padre mintiendo. "La he educado bien."

"Sí, se ve." dijo mirándome. "Pero puede que ella nos conduzca hasta él."

"No creo. El señor Potter y ella no se llevan nada bien. Además, Helena podría estropear nuestros planes, señor. No te ofendas." me dijo guiñándome un ojo mientras Voldemort se sentaba en el sofá.

"Bueno, eso lo decidiré yo, Severus." dijo con superioridad.

"Mi padre tiene razón, señor. Yo odio a Harry Potter y todo lo relacionado con él. Además, soy muy torpe." le seguí el juego a mi padre.

"Bueno, Severus, necesito descansar." dijo levantándose. "¿Cuál es mi habitación?"

- Sí, señor. Le acompañaré.- dijo señalándole las escaleras.

La casa solo tenía dos habitaciones, por lo que supuse que hoy dormía con mi padre. Bueno, aunque no creía que pudiera dormir con Voldemort a menos de tres metros de mí.

Cuando bajó Severus, me llevó hasta la cocina.

"Siento mucho no haberte avisado, pero ha sido de repente."

"¿Está durmiendo en mi habitación?" pregunté asegurándome.

" Sí. Esta noche dormirás conmigo. No quiero separarme de ti mientras él esté aquí." dijo mirando la puerta por si aparecía.

"No pensaba hacerlo." dije un poco asustada. "¿Vas a tener que irte mañana con él todo el día otra vez?"

"Sí." dijo cansado. "Lo siento, pero ya sabías que no podría pasar contigo mucho tiempo."

"¿Mucho tiempo? Ni mucho ni poco. Si te levantas todos los días a las seis y vuelves a las nueve. Tengo que pasarme el día aquí encerrada aburrida."

"Ponte la televisión." dijo haciendo que sonriera. "De verdad, lo siento mucho, pero no puedo llevarte conmigo. No creo que quieras venir a la mansión Malfoy."

"No, claramente. Pero tampoco quiero que los únicos minutos que pasemos juntos estemos siempre peleándonos por culpa de ese monstruo."

"Intentaré volver antes, pero no te prometo nada. Y ahora, vamos a la cama."

Cuando ya estábamos dos horas en la cama, mi padre ya estaba durmiendo. Yo no dejaba de moverme, nerviosa, sin creer que estaba en la misma casa que Voldemort. Sin querer, le dí un golpe en la cara a Severus haciendo que este despertara de golpe.

"¡Helena!" me riñó.

"Lo siento. Es que no puedo dormir."

"Quedarte despierta no va a hacer que se vaya. Intenta dormir. No va a pasarte nada. La puerta está bien cerrada. Además, estoy aquí, no va a pasar nada."

"Vale. Pero ponte bocarriba." le dije acercándome a él.

"¿Para qué?" preguntó extrañado haciéndolo.

"Para apoyarme en tu pecho." dije poniendo mi cabeza sobre su pecho y pasando su mano por mi espalda. "Así me siento más protegida."

Él rió y acarició mi espalda. Me dio un beso e intentó dormir. Yo hice lo mismo, hasta se me olvidó que Voldemort estaba en la misma casa. Siempre que dormía con él dormía mucho mejor. Y me levantaba de mejor humor.

El verano pasó lentamente. Día tras día tenía siempre la misma rutina. Por la mañana, desayunaba y escribía historias que me inventaba. Después, comía la comida que me hacía Peter Pettigrew, pues él ahora era nuestro criado, por así decirlo. Por la tarde, seguía escribiendo o venía la televisión. Y así continuamente. No hubo ni un solo día que pasara más de diez minutos hablando con mi padre.

Mi padre decidió, que lo mejor para mí era ser educada en casa. Decía que Lucius aún podía seguir con la idea de transformarse en alguien de mi entorno. Así que, tendría que pasar mucho tiempo en esa casa.

Muchas gracias a todos los que siguen esta hermosa historia.

¡Feliz Navidad!, x

-Jenn

Por cierto ¿podrían seguir una página en Facebook donde soy Administradora? se llama Merodeadores-

La hija de Severus Snape.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora