La hija de Severus Snape.

Capítulo 43: ¿Dumbledore?

Cuando desperté, estaba en la enfermería. No me acordaba de qué había pasado. Lo primero que vi fue a Ron viniendo corriendo hacia mí.

"Oh, menos mal. ¡Hermione, ven, rápido!" gritó.

"¿Qué ha pasado?" dije adormecida. "¿Por qué estoy aquí? ¿Y Harry?"

"Tranquilízate Helena." dijo Hermione agarrando mi mano. "Nagini te mordió. Pero tranquila, pude eliminar el veneno de tu cuerpo. Te pondrás bien. Pero tienes que descansar. En un par de días podrás salir de aquí."

"¿Un par de días?" grité incrédula.
" ¿Y qué hay de Harry? ¿Y Voldemort?"

" Helena, tranquila. Todo está bien. Hemos ganado. Harry está vivo. Voldemort ha muerto. Pero tienes que descansar." me pidió Ron.

En ese momento las puertas de la enfermería se abrieron y vi algo que no esperaba volver a ver. Era Dumbledore. Estaba vivo. ¿Pero cómo? No pude articular ni una pregunta del asombro que tenía. Ron y Hermione se rieron al ver mi cara de confusión y decidieron irse para dejar que Dumbledore me lo explicara.

"¿Cómo te encuentras?" dijo sentándose a mi lado.

"Mal. Esto no es verdad. Usted está... muerto." dije asustada." Un momento, ¿estoy muerta?"

"Pues claro que no." dijo riendo.

"Oh, ya entiendo. Es un sueño."

"Tampoco. Es la realidad Helena. Verás, tu padre y yo ideamos mi muerte para que así Voldemort pudiera atreverse a entrar en Hogwarts, pues sin mí, pensaría que sería más fácil acabar con Harry. Así que, le pedí a tu padre que me matara y así lo hizo. Pero él inventó un antídoto. Todo este tiempo he estado muy cerca de ti, Silvia. He vivido en tu casa sin que tú te dieras cuenta."

"Estoy confusa." dije sin entenderlo muy bien." O sea que, ¿has estado todo este tiempo fingiendo tu muerte para ponérselo más fácil a Voldemort?"

"Sí." dijo como si fuese lo más normal del mundo." Snape cuidaría de él hasta que llegase el momento. Y todo ha salido a pedir de boca."

"Eso no es verdad. Mi padre está muerto." dije enfadada. "Por su culpa."

"¿Has hablado con Daphne?" dijo cambiando de tema.

"No. No sé nada de ella. Y ahora señor, si no le importa, necesito descansar." dije lanzándole una indirecta para que se fuera.

"Claro." dijo alegre. " Qué descanses."

Cuando se fue, empecé a pensar que él había sido el culpable de la muerte de mi padre. Si estaba vivo, podía haber impedido su muerte. Mi padre estuvo siguiendo sus órdenes todo el tiempo, lo mínimo que pudo hacer era haberlo salvado.

Ahora me sentía una mala persona. Había estado enfadada con mi padre porque pensaba que lo había matado, cuando en verdad solo le había hecho un favor. Había perdido mi relación con mi padre por mi culpa. Mi padre había muerto creyendo que lo odiaba.

De tanto darle vueltas al asunto, me entró un fuerte dolor de cabeza. Hermione me dio una poción que acabó haciendo que cayera en un profundo sueño.

Desperté sobre las nueve de la noche. Estaba sola, pues la señora Pomfrey no dejaría que nadie se quedara hasta estas horas conmigo.

No me encontraba muy bien. Tenía mucha angustia y me sentía mareada. Intenté levantarme para llamar a alguien, pero acabé en el suelo nada más apoyar mis pies sobre éste.

Gemí del dolor, pues me di un golpe fuerte en la cabeza. Me quedé en esa posición en el suelo hasta que pude volver a abrir mis ojos. Vi unos pies justo delante de mi cabeza. No podía saber quién era. Si miraba para arriba me marearía aún más.

Sentí como puso mis manos sobre mi cintura y mi brazo y me ayudó a levantarme. Me puso una bolsa de hielo sobre la cabeza pero yo aún no sabía de quién se trataba. Lo único que sabía, es que me gustaba su voz. Me recordaba un poco a la de... pero no podía ser él.