Lo opuesto

Tal vez.

Por alguna razón los brazos de Yuuri eran protectores, sentía como si nada malo fuera a suceder, su respiración me ponía los nervios de punta, su cuerpo era tan cálido que había deseado de la nada que este tipo de momentos pasaran más seguido, aunque tuviera que atravesar por un mal rato primero, pero la recompensa de recibir cariño sincero de Katsuki era mucho mejor. Parecía  como si él no quisiera alejarse pero debido a que mi celular empezó vibrar él se separó de inmediato. Parece que ahora sí iban a colgarme.

¿No responderás?

La verdad es que no quería contestar, sabía de quién se trataba pero Yuuri me insistió en que viera el móvil. Ambos observamos mi teléfono y no era nada más que el rey de roma. Viktor. Suspiré.

Déjalo así, seguramente me regañará por que me fui sin avisar.

¿Hiciste qué?

Me fui, por mi propia cuenta.

¿Osea que esto no era una visita casual?

Claro que no.

Me extrañó el cómo Yuuri se sorprendió.

Pensé que estabas de turista, que venías de algún campeonato en Japón.

Negué varias veces y de un tirón Katsuki tomó mi celular y contestó a Viktor, parecía tranquilo cuando estaban hablando, le hice una señal para que lo pusiera en voz alta.

Hace tiempo no sé de ti Yuuri... Te fuiste como si nada.

Dijo Viktor apenado.

Nunca llamaste.

¿Querías que lo hiciera? Todos quisimos darte tu espacio

Jaja, por dos años, vaya.

Rió sarcástico y noté cómo una pequeña vena se inflamaba en su cien.

Yuuri...

Pronunció Viktor para llamar su atención.

Mi padre murió, Viktor.

Escupió sin pensarlo. Viktor no supo qué decir, el silencio se expandió por la habitación y respondió de repente.

Fue cuando te convertiste en pentacampeon, ¿No? Por eso te fuiste. Pensé que esa era tu decisión final. Irte...

Por eso estoy aquí, Viktor.

Aclaré ya que Yuuri se fue en sus pensamientos y no quería quebrarlo otra vez.

¿Lo sabías?

Tomé el teléfono y apagué el alta voz, fui fuera de la habitación a continuar con la conversación.

Sí, Mari me dijo y no quise decirles por respeto a la privacidad de Yuuri, sabes como es.

Ah... Nunca pensé que eso había sucedido, soy el peor entrenador.

Hmn... Ni siquiera te dignaste a llamarle, él tiene razón. Viejo egoísta y egocéntrico.