Te detesto, Yuri Plisetsky.

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~Recuerdo~

Yo te amo, Katsuki Yuuri.

~Fin recuerdo~

Cuando entraron a la casa Katsuki, Hiroko los había regañado por llegar tan tarde de su salida a almorzar pero Katsuki tenía sus pensamientos en un mundo que nadie podría entender, sólo se preguntaba, "¿Me ama? ¿Cómo es eso? No lo entiendo" En el fondo sabía lo que era el concepto de la palabra pero sentirlo nunca lo había experimentado, pensaba, pero rápidamente se sobre saltaba cuando recordaba aquel suave roce de labios que se mantuvo por largo tiempo, aunque eso, no era tan desconocido para él. Aquello le llevaba a la conclusión de que no era un amor familiar, "¿De amistad?

Los amigos no hacen eso, ¿O sí?

Nuevamente se preguntó llevándose las manos a la cabeza, ¿Cómo carajos un mocoso le haría dudar tanto de lo sucedido? No podía justificar sus diferencias de edad o que era parte de la adolescencia puesto que el ruso ya no lo era, se había convertido en un amable y atractivo joven con ojos de ángel y cabellos de oro; una voz lejana hacía eco en sus abstracciones repitiendo su nombre.

Yuuri, ¿Te sucede algo?

Preguntó Mari ya preocupada por la inexistencia de parpadeos en los ojos de su hermano.

Eh ...

El japonés no supo que responder y sólo atinó a mirar a Yurio que al darse cuenta abrió sus ojos como platos sonrojándose como nunca, aún así quiso responder por Katsuki.

Nada grave,sólo una situación incómoda en la ciudad.

Terminaron de comer y todos se fueron a sus respectivas habitaciones, cada uno en sus camas, aguantando el frío de los últimos días de invierno, Katsuki seguía despierto, dándose miles de vueltas en su lugar y eso le desesperaba, tampoco sabía cómo reaccionar, ¿Debía dar una respuesta a eso? Y si fuera así, ¿Qué debía decir?

Debería decir que no siento lo mismo.

Pensó, pero algo dentro de él lo hacía dudar y si ¿También lo amaba? No, no, se negó, sólo sentía un montón de revoltijos  confusos al querer afirmar que era así. Apretó su mandíbula y el cuello empezaba a dolerle, estaba muy tenso.

Lo siento.

Pudo oír una voz a su lado y al voltearse se encontraba Yurio mirando hacia el techo, completamente serio y aquella esencia le asustó de algún modo.

que fui precipitado, arruiné el día, pero no quiero que sigas pensando en eso, no necesito una respuesta puesto que ya la sé.

El ruso arrugó el entrecejo y apretón con fuerza sus labios. Katsuki dijo.

¿En serio lo sabes?

Asintió el ruso y escupió.

Lo que siento por ti es desde hace mucho tiempo, desde el primer día que te vi patinar, luego cuando compartimos aquí en Hasetsu me maravillé con tu presencia y así fue hasta que te retiraste y me sentí incompleto.

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