El castigo de Plisetsky.

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6 meses después.

No sé qué sentí cuando lo vi irse, a veces la ira y la tristeza son obstáculos que te impiden ir a tu propósito, y sólo depende de ti librarte de ellos pero yo sólo me rendí en un camino y lucha que gané a medias.


Hey, Yuri, los huéspedes piden toallas nuevas.

Ordenó Mari a su hermano que miraba hacia un punto inexistente siendo miles de sus pensamientos que le atormentaban y le hacían sentirse molesto por alguna obvia razón que el no lograba discernir.

Pareces un zombie con esa cara Katsuki.

Balbuceó la hermana mayor quién se iba riéndose con la toallas que se suponía que estaban a cargo del pelinegro que ahora se sentaba en la silla de la recepción y tiraba sus cabeza hacia atrás soltando un gran suspiro, pensaba y pensaba llevando sus manos a la cabeza que apretaba con levedad con las yemas de sus dedos. Dijo.

No sé qué hacer.

Sí, en serio no sabía, sólo tenía la noción de que estaba allí sentado sintiendo el deseo desesperado de agarrar mis cosas e ir a buscarle, abrazarle, lo deseaba tanto que a la vez me negaba por darme ese gusto de arrancar y ver aquella cabellera rubia frente a mis ojos nuevamente, pero estaba tan lejos de mí, tan lejos que mi corazón palpitaba tratando de llegar hasta él y dolió el intentar alcanzarle porque prácticamente era imposible.

Me levanté y decidí pasear por el hogar, recuerdos y recuerdos venían a mi mente, pensar que en un sólo mes pude guardar tantos buenos y malos momentos y ahora el pasar el tiempo sólo me queda repasar cada alegría pasada caminando en cada lugar dónde él estuvo. Mientras me deprimia en la turbia soledad de mi inconsiente algo llamó mi atención, la televisión estaba a un alto volumen que podía escuchar claramente algo que quizá era algún tipo de señal.

"El patinador Yuri Plisestsky se encuentra en finales pero hace poco tuvo una recaída debido a sus desmedidos entrenamientos que hasta su entrenador le había advertido de las consecuencias, probablemente el atractivo ruso no podrá participar en la final contra su rival Victor Nikiforov"

Salí corriendo a ver las noticias y lo vi, lo vi tan cerca de mí, pero tan decaído, habían pasados aproximadamente seis meses que ni siquiera había un llamado de parte de ambos que me sorprendia verlo en ese estado tan irresponsable. Suspiré preocupado, estaba a punto de sentir el impulso de irme a Rusia y decirle que es un verdadero bastardo pero me contuve.

Yo no sé qué hice mal

Dijo de la nada mi madre que se sentaba a mi lado y me miraba con ojos de molestía.

¿De qué hablas?

Yo no sé qué mierda haces aquí.

Abrí mis ojos totalmente sorprendido ya que mi madre no era de las que comúnmente dijese groserías

Pues, veo televisión.

Respondí con algo coherente.

Pff, ¿Ves televisión o ves a Yurio?

Pegué un pequeño grito al escucharle y sólo desvíe mi vista al televisor, es horrible cuando tu madre sabe desde antes qué es lo que te pasa, pero esto era demasiado complicado como para que lo entendiera, supongo...

Soy tu madre, te crié desde pequeño a luchar por tus sueños, por lo que amas y lo único que haz hecho es quedarte aquí, sentado, lamentandote de todo lo que hiciste, lo que pasó, y ahora rechazando un sentimiento que es obvio.

Lo opuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora