Una senda

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Un ser con habilidades extraordinarias se encontraba solo y aburrido en algún lugar.

Para matar su hastío creó una senda y esperó.

Ésta en realidad era una senda que NO debía ser recorrida por nadie, a menos que no le importase dar su existencia para entretener al ser.

En caso de que algún alma encontrase la senda y decidiera caminarla para ver a dónde iba, estaría entregándose al hastío y al poder de este ser.

En tal punto, ya no habría regreso.

Quedaría atrapada y a merced de lo que el ser decidiera hacer con ella, puesto que la senda tenía el poder de llevar a otras realidades, y el ser de controlar las almas que caminaran su senda.

Le entregarían no sólo una vida, sino toda una existencia a la cual, el ser, le daría giros inesperados.

Sin sentir culpa.

Sin remordimiento alguno.

Así:

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