Cap 2

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Kise iba tras Hyuga con la cabeza gacha y las mejillas inflamadas de tanto haber sido jaladas, con expresión enojada y refunfuñando en sus adentros.

Sí, tal vez no debió retar al incubo, y sí, tal vez no debió insultarlo en su cara, pero ese incubo idiota había amenazado con arruinar la vida amorosa de un joven con deseos puros hacia su amado secreto, ¿cómo no perder los papeles frente a un ser tan vil y cruel como él? Pudo haberse pasado de la raya pero en definitiva no creía haber hecho mal.

- ¿En qué estabas pensando Kise? ¿Eres un cupido novato y te atreves a hacer tremenda tontería? Kasamatsu me dijo que eras estúpido e imprudente pero no pensé que tanto - Hyuga seguía soltando cada pensamiento que se cruzaba por su cabeza mientras caminaban, sobándose las sienes.

- ¿Qué tiene de malo que haya defendido a mi encomendado? Ese idiota solo quiere volverlo un promiscuo frente a su amor platónico, no podía quedarme de brazos cruzados.

- ¿Sabes si quiera algo de ese Aomine Daiki al menos? - Hyuga detuvo su caminar y miró seriamente a Kise, provocándole temor.

- ¿No es solo otro estúpido incubo del inframundo?

Ya está, eso fue todo. En definitiva este cupido no sabía nada del mundo, y su ignorancia sobre los peligros del inframundo solo había confirmado lo que era evidente. Hyuga tomó asiento en una de las bancas que había por la escuela e hizo señas a Kise para que se sentara a su lado. El cupido obedeció en silencio.

- Escucha, Aomine Daiki no es cualquier incubo salido del inframundo - Hyuga suspiró y pensó muy bien lo que iba a decir. Probablemente se aterraría, pero debía saberlo - Él es uno de los íncubos favorito de satán, es un privilegiado de la lista negra.

- ¿A qué te refieres con "privilegiado de la lista negra"?

- Hay una lista en el inframundo por cada tipo de demonio. Consta de diez puestos, y Aomine está en el 2do lugar por las fechorías que logró con los humanos - Su mirada se puso aún más seria y sus puños hicieron fuerza - él ha conseguido que cada humano a su cargo cayera ante el pecado de la lujuria con su amor, ya fuera violaciones o impulsar a un engaño, Aomine Daiki ha conseguido que cayeran ante sus bajos instintos. Se cree que no hay ángel que pudiera hacerle frente. Y viendo que eres un novato en su primera misión - Le dedicó una mirada llena de compasión y una sonrisa lastimera - dudo mucho que puedas siquiera pasar del mes.

Al escuchar sus palabras, Kise solo pudo sentir horror hacia ese demonio. Le daba miedo ser de aquellos a los que enfrenta y logra vencer, peor ahora que lo había insultado. Pero luego la sonrisa de Kuroko se cruza por su mente, los sentimientos puros que escuchó en su corazón y la sonrisa cálida que tenía cuando vio a Kagami después de aquel partido de práctica. Él era un ser tan bello e inocente que como cualquiera que deseaba con todo su ser permanecer al lado de la persona a la que ama. Era su primera misión y no era rival para aquel íncubo tan lujurioso y lleno de maldad, es verdad y no lo negaba; sin embargo, como cupido y enviado del cielo, sería una vergüenza regresar al cielo sin siquiera haberlo intentado.

- Tal vez lo mejor sea hablar con Chamuel y decirle que envíe a otro a ocupar tu lugar, alguien con más experiencia y que pueda hacerle frente. ¿Qué me dices?

Hyuga trató de ser paciente y esperar por la afirmación de Kise, pero este alzó la mirada, mostrando su rostro con expresión resuelta.

- No, yo me quedo aquí.

La sonrisa de Hyuga se volvió una línea recta y sus hombros se tensaron. Le había dicho sobre las atrocidades de Aomine y el cupido decía que quería seguir, ¿es que acaso no le habían enseñado lo que era el sentido común?

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