Cap 7

312 35 4
                                        

"El árbol ha florecido y ambos chicos están debajo, sin decir nada ni mirarse. El más bajo tiene el puño en el pecho, nervioso por escuchar la respuesta que su mejor amigo hasta ahora tiene para decir. Sabe que es una batalla sin esperanzas, pero si no decía lo que sentía, hubiera terminado por ahogarse con su propio corazón.

- Kuroko... yo....

El mencionado eleva su rostro sonrojado y encuentra la mirada apenada de su compañero. Se nota que no sabe cómo contestarle. No estaba preparado para una situación así, mucho menos con una persona tan inexpresiva como él. Claro, es una buena persona y muy lindo además, ambos se divierten juntos y siente que no podría ser más honesto con nadie más que con él, casi le dan ganas de decir que sí. Pero ahí queda, como un punto cercano a la meta que no va a avanzar más de la línea de amistad.

- Lo siento Kuroko, pero no puedo verte como algo más que un amigo.

Esa línea fue más que suficiente, ahora ya es una realidad, por más que lo ha intentado, esta vez a él no le toca ser feliz. Siente su pecho sofocado, sus manos tiemblan junto a todo su cuerpo. No quiere llorar, le prohíbe a las lágrimas salir, pero es inútil, ya están saliendo.

Ahora.... Ya es demasiado tarde para arreglar todo."

Kise despertó con los rayos de sol que le caían en los ojos. Se incorporó tratando de estirarse, pero el fuerte dolor en su espalda baja le impedía moverse bien. Se palmó entre las piernas para ver que no tuviera nada extraño, y por si acaso, levantó sus túnicas.

"A lo mejor no debí dormir en el árbol"

- ¿Qué haces tocándote en plena mañana?

Kise bajó rápidamente sus faldas y le dirigió una mirada furtiva a Aomine. El susodicho lo observaba desde la otra punta de la rama con suma curiosidad, restando importancia a la vergüenza que invadía el corazón del cupido, recostado boca abajo y dejando sus extremidades colgar como si fuera un gato callejero.

- ¿D-Desde cuándo estás ahí?

- Me dormí aquí después de tener mi ración de lujuria por parte de Kuroko.

- Me refiero a....

- Ah, si quieres saber, pude ver el espectáculo desde el principio.

Los colores se le subieron al rostro a Kise. Había empezado el día de forma vergonzosa y estaba por ponerse peor cuando cayó en cuenta de la hora.

- ¿Dónde está Kuroko?

- Creo que se fue a la escuela hace un buen rato.

Como pudo, Kise se levantó y emprendió vuelo veloz hasta llegar a la escuela.

Ahora más que nunca, Kuroko necesitaba de su guardia, no podía permitir que la vergüenza lo venciera y renunciara a su amor. No iba a permitir que nuevamente él sufriera por un amor, aunque fuera lo normal en el mundo humano.

Una vez que llegó a su aula, sintió la tensa atmósfera que rodeaba a su protegido y su amor platónico. Ninguno se miraba a pesar de estar tan cerca, y tampoco tenían el valor de hablar como siempre hacen. La cúspide del temor de Kise fue cuando a Kagami le preguntaron algo y no tuvo el valor de pedirle a Kuroko que lo ayudara como siempre hacía. Esto estaba mal.

"Piensa Kise, piensa"

Kagami volvió a sentarse con algo de incomodidad puesto que el profesor le dio un lapso de 5 minutos para buscar la respuesta correcta. No podía pedir ayuda a Kuroko por la vergüenza que pasó ayer y tampoco era bueno en matemáticas. Solo le quedaba una alternativa: pensar como si su vida dependiera de ello, porque de hecho, así era.

Guardián EróticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora