Cap 5

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En lo que Kise hablaba con Hyuga, Aomine estaba con Kiyoshi dándole un reporte de los avances que había tenido con Kuroko y sr progreso en la relación carnal con Kagami. A su encargado no le sorprendió que los avances fueran tan pocos, pero estaba complacido con la idea de que Kuroko hubiera tenido su primer sueño húmedo con su amor platónico como todo chico normal.

- No es mucho, pero al menos no estás en el punto de partida – Kiyoshi le daba palmadas en la espalda en modo d felicitación, pero Aomine apartó su mano.

- Esos dos son demasiados lentos, sobre todo Kagami. ¿Qué le costaba dejarse llevar un poco? Habrían llegado a masturbarse juntos o algo así.

- Bueno, ese cupido que mandaron parece ser el responsable ¿no?

Aomine asentía con cara de molestia. Kise había llegado en el momento justo y los había detenido con un susto. Tenía que pensar en una forma de juntar a esos dos lo suficiente como para que Kise no frustrara sus planes.

Kiyoshi, al verlo tan concentrado, se rió en voz alta, sacándolo de su trance.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Por lo que oí en el infierno, me dijeron que tú solías ser bastante agresivo con tus planes. No le dabas ni una oportunidad a los que se te enfrentaban. Pero ahora un cupido novato te está venciendo en todos los aspectos posibles.

- ¡No me vence! ¡Es solo que no he usado la artillería pesada!

- Claro, lo que tú digas.

Aomine nunca iba a admitir que un cupido tonto le estaba ganando. No admitió sus errores en el entrenamiento que tuvo en su juventud, ni cuando su primera misión era de calibre bajo, menos iba a admitir que un cupido novato en el trabajo lo estaba superando en su propio juego. En el segundo circulo lo respetaban por ser fuerte, rápido y eficaz con sus planes, prácticamente un ser invencible. Admitir su derrota estando en la cúspide de su carrera sería una deshonra, para él y su orgullo de invicto.

Al ver regresar a Kise del baño, casi finalizando la práctica, le dedicó una mirada de molestia

El cupido de cabellos color del sol no entendía su mala actitud. Aunque lejos de importarle, decidió ignorarlo para concentrarse en Kuroko.

El protegido de ambos estaba practicando sus últimos pases con Kagami antes de irse a cambiar junto a los demás.

- Kagami-kun, creo que ya es hora de ir a cambiarnos. – Kuroko estaba sudando mucho para solo haber tenido una hora de práctica, mientras que Kagami estaba fresco.

- Que los demás terminen en los vestidores y vamos.

- ¿Por qué tendríamos que esperar?

A Kagami le llegó la imagen mental de Kuroko llevando solo sus boxes y su cara se tornó del color de su cabello. Sacudió la cabeza tratando de sacarse esa idea de la cabeza y siguió lanzándole los balones a Kuroko, quien los recibía con algo de dificultad por el cansancio.

- Por nada en particular. Solo quiero practicar nuestros pases un poco más.

- Pero Kagami-kun....

- ¡Piensa rápido Kuroko!

Kagami lanzó dos balones seguidos y Kuroko apenas pudo atraparlos. Estaba muy cansado, pero si Kagami no quería ir a cambiarse aún, fuera cual fuera la razón, intentaría comprenderlo. Después de todo, el día de ayer le pagó su malteada y lo ayudó a cambiarse de ropa.

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