Cap 26: Primera sesión

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Hola!!!

Gracias por los mensajes que apoyo que me dieron en la explicación, es por estos pequeños detalles que quiero seguir escribiendo n.n

Ahora, en este capitulo no me centré tanto en Kise y Aomine (mátenme), se concentra más en Kuroko y en sus sentimientos. Además, me salió un poco largo, así que una parte (una muy grande de hecho) tuve que pasarla para el siguiente, les aseguro que valdrá la pena. 

Y.... esta semana no habrá preguntas, porque no creo que queden muchas con lo que tengo planeado ¬u¬

Solo eso quería advertir, disfruten el capítulo!!!

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Al día siguiente, Kuroko despertó con un ligero malestar en la cabeza y su cuerpo estaba adolorido. Se sentía mareado y débil, como cuando la entrenadora lo obligaba a hacer ejercicios extra por llegar tarde además de obligarlo a guardar todo el equipo. Era extraño, el día de ayer no hizo nada fuera de lo usual, salvo ir a casa de Shigehiro. Tampoco había dormido en mala postura y su colchón era nuevo, imposible que fuera eso.

"Quizás sea por el cambio de estación" pensó, pues su cuerpo siempre le avisaba cuando estaba a punto de enfermarse, y eso ocurría cuando cambiaba la estación cálida a la fría.

Se levantó con pesar y se cambió. Un pequeño malestar mañanero no era excusa para faltar a clases, mucho menos cuando tenía que ayudar a Kagami a estudiar de última hora para el examen de literatura japonesa. En realidad, no era tan de última hora. Era viernes, y el examen estaba programado para el lunes de la semana próxima, pero como no podría reunirse con él el fin de semana, tendría que ayudarlo hoy en la tarde, después de la práctica.

Revisó su teléfono y encontró un mensaje de Shigehiro.

>> De: Shigehiro

>>Para: Kuroko

>>Asunto: Una promesa

No olvides tu promesa Kuroko. Si no dices nada, yo tampoco diré nada.

- No tienes que recordármelo....

Kuroko se levantó con pesar y fue a darse una ducha. Mientras, Kise entró en la habitación junto a Aomine y ambos revisaron el mensaje. El ángel se veía confundido, y el demonio solo mostraba exasperación en su rostro. Ese tipo solo quería atormentarlo para que guardara su secreto, eso no era buena señal.

- ¿Por qué hace esto? – Kise dejó el celular en el mismo lugar para que Kuroko no sospechara – Se supone que no tiene sentimientos por Kuroko, su corazón no miente. Entonces... ¿Por qué?

- Los seres humanos son así – Aomine recordó todos los seres humanos despreciables que vio en su vida, como arruinaban todo a su alrededor y las misiones que tenía que cumplir a costa de la de otro ángel como Kise – La maldad siempre habita en ellos. Hay veces en las que se quedan en el punto del acoso por rencor, y otras veces, como ahora, lo hacen por puro placer.

- ¿Crees que lo fastidia por diversión?

- ¿Qué otra razón podría haber?

Kise no quería creerlo. Sabía que Shigehiro no era tan buena persona, pero no quería pensar que lo hacía por puro ocio. Debía haber alguna explicación para esto, lo que fuera, incluso si se trataba de un simple ajuste de cuentas consigo mismo. No sabía muy bien lo que tramaba salvo por lo dicho de parte de sus superiores, y hasta no saberlo no iba a llegar a conclusiones apresuradas. Aomine, por su parte, estaba seguro de saber sus intenciones, y aunque su lindo cupido no lo entendiera así y quisiera hacerse el ciego, él no iba a quedarse de brazos cruzados para ver como su encomendado era molestado de esa forma, no cuando podía hacer algo al respecto. Lo primero que se le vino a la mente fue hacer que la entrenadora no dejara que Kuroko tuviera los fines de semana libre. Una de las condiciones claramente decía que no se verían a menos que él tuviera cosas por hacer con el club o las tareas, así que técnicamente si tenía algo que hacer en el club, aunque fuera simple papeleo, debería bastar para que esos dos no se vieran.

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