Cap 11: Cita en el parque de atracciones II

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Kagami empujaba la puerta del cubículo con todas sus fuerzas, pero esta no se abría. Pateó, golpeó y hasta hizo el intento de caer con su espalda sobre la puerta con todo el peso de su cuerpo, sin éxito. No sabía de qué material estaba hecha, pero algo era seguro, y es que Akashi no había escatimado en gastos para el parque si no podía ni agrietar la puerta que los mantenía encerrados en el baño.

- Maldita sea, no se abre... - El tigre de Seirin había llegado al extremo de morder el seguro hasta sufrir de dolores en la boca para ver si así al menos rompía un poco el hierro trabado.

- Kagami-kun, mejor ya déjalo – Kuroko estaba detrás de él, sentado sobre el retrete revisando su celular, en busca de señal para llamar a Furihata y preguntarle cuanto más iban a tardar.

- ¿Hace cuánto tiempo que estamos encerrados?

- Unos veinte minutos.

- A este paso voy a considerar pasarte por debajo de la puerta...

- Kagami, no entro ahí.

- Eres casi un fantasma, deberías ser capaz de traspasar la puerta al menos un poco.

Kuroko ignoró la estupidez de Kagami y concentró su atención en el celular, mientras que el pelirrojo trataba de no perder la cabeza en un lugar tan pequeño.

Aomine miraba desde un rincón como Kagami moría de los nervios por no poder salir. La fase uno del plan estaba dando resultado, ahora tenía que pasar a la fase dos. Se acercó a los aspersores de emergencia que había en el techo del baño y encendió una flama en su mano. El calor del fuego fue suficiente para encender el equipo contra incendios, justo encima de la pareja.

- ¡Maldición, lo que faltaba! – Kagami trató de cubrirse con su chaqueta, mientras que Kuroko no tenía nada encima.

Kagami, al darse cuenta de lo desprotegido que estaba su amigo, lo agarró del brazo y lo presionó contra su pecho, en un intento por mantenerlo lo suficientemente seco. Aomine miró la escena y apagó los aspersores con un chasquido de dedos. La fase dos ya estaba completa.

- Parece que paró – Kagami soltó a Kuroko, quien tenía la cara roja – Ese Akashi debería revisar mejor este lugar, tiene muchas fallas para el primer día – Kagami dejó su chaqueta sobre la tapa del retrete y revisó a su amigo - ¿Estás bien Kuroko?

El mencionado desvió la mirada y se abrazó a sí mismo, buscando calor, mucha agua le había caído encima y la ropa que llevaba era muy ligera. Lo más seguro era que se enfermara.

- Mejor quítate la camisa para secarte más rápido – Kagami trató de ayudarlo, pero Kuroko se negaba – No seas terco Kuroko, si te quedas así te vas a enfermar.

- Estaré bien....

- No digas tonterías, no es como si alguien fuera a espiarte o algo así.

- Tú me verás, es vergonzoso....

- ¡Bien! – Kagami se quitó su camisa casi seca y se la dio a Kuroko – Ponte esto y sácate la ropa, al menos hasta que se seque o Akashi regrese con la ayuda.

Al ver como Kuroko hacía caso a Kagami, Aomine celebró su estupidez, la fase tres consistía en Kagami haciendo algo así, ahora ya podía pasar a la fase cuatro.

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Kise miraba de un lado a otro, confirmando sus sospechas: Aomine no estaba ni tampoco Kuroko o Kagami. Momoi también se empeñaba en buscar, aunque más se preocupaba por encontrar al lindo protegido de Aomine en vez del mismo íncubo.

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