Cap 12: Un recuerdo amargo

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Disculpen la demora (y el hecho de que estoy actyualizando a quien sabe que horas de la noche :v) pero este capitulo fue algo dificil de escribir. Tenía la idea, pero no podía ponerla en palabras.

Lo bueno es que salieron dos capitulos, con suerte podré actualizar mañana o el jueves <3

Ahora sin más, ¡Disfruten la lectura!

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El atardecer era el momento más hermoso que alguna vez alguien hubiera podido descubrir. Cualquier paisaje podía volverse una bella pintura natural si lo veías a la hora del atardecer, incluso si estabas rodeado de cadáveres y otras inmundicias, el atardecer hacía ver todo a tu alrededor como un lugar hermoso, o al menos así lo veía Aomine. Desde que llegó a la tierra como seguidor de Akashi, pensaba que el atardecer era la única cosa en el mundo humano que valía la pena observar mientras esperaba a Akashi. Recientemente había encontrado un peñasco cerca de la ciudad que Akashi estaba vigilando por causa de las guerras civiles, y como todavía era un demonio en plena formación, no podía practicar libremente con las almas humanas que estaban siendo atormentadas por la desesperación y la fatiga. Al principio le molesto ser llevado solo para observar, pero ahora agradecía tener tiempo libre para desperdiciarlo en solitario, en su lugar secreto que nadie tenía el derecho de invadir.

- ¡Aominecchi!

Una voz cantarina lo llama a lo lejos, pero él no se siente invadido ni mucho menos molesto por interrumpir su paz, todo lo contrario, se alegra mucho de saber que por fin ha llegado.

- Te estabas tardando mucho....

El íncubo despierta cubierto de sudor en la rama del árbol, lleva la mano a su pecho y siente el calor de un corazón, a pesar de que él no tenga uno propio. Ese sueño es igual a muchos otros que ha estado teniendo desde la "cita" de Kuroko en el parque de atracciones, y en todos ellos siempre aparecía una persona con cabellos largos y dorados como el sol, además de una mirada de miel y piel clara como las nubes. Su perfume siempre es el de rosas blancas de primavera y ni hablar de esa voz tan suave y melodiosa que lo llama con alegría. Tenía la sensación de conocer a esa persona, pero cuando estaba a punto de decir su nombre, despertaba de su sueño.

- Otro sueño molesto....

Un bulto se mueve a su lado y emite gruñidos de queja ante los ruidos que interrumpen su sueño, Aomine observa y encuentra la figura de Kise cerca suyo, con las manos de apoyo en su cabeza a modo de almohada para tener un poco de comodidad al dormir. Por un instante, se pregunta cómo es que termino así, teniendo sueños raros donde un desconocido hace latir su corazón solo mencionando su nombre y teniendo al molesto cupido durmiendo plácidamente a su lado. Recuerda que luego de la cita, Kagami llevó a Kuroko hasta su casa y se despidió con un beso en la frente, uno que en palabras suyas "no significaba nada más que una muestra de afecto entre mejores amigos", pero que para Kuroko era un gran avance en su amor no correspondido "aun"; luego, pasada la hora de irse a dormir, Kise se acomodó a su lado en la rama cercana al cuarto de Kuroko, con la cara sonrojada y un tierno puchero en su rostro.

- No te equivoques Aominecchi – dijo el cupido, posicionándose para recostarse cerca al tronco donde el íncubo estaba con ambas manos tras su cabeza – Esto es una prueba de agradecimiento por haber ayudado un poco a Kuroko.

- Entonces, ¿me permitirás hacerte cosas pervertidas? – Aomine recorrió su espalda con un dedo, específicamente entre sus alas, sintiendo una zona medio rasposa.

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