Capitulo 30: Dolor

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Gritos, muchos gritos se escuchaban en la habitación.

Uno tras otro el sonido de los golpes en el rostro de Shigehiro le quitaban la conciencia, y nadie más que Kagami estaba feliz de verlo en aquel estado. De no ser por la fuerza de Kiyoshi, seguro habría matado de golpes al pobre infeliz.

Tomó un par de minutos, pero sus superiores lograron hacerlo entrar en razón antes de que le hiciera algo digno de llevarlo a un juzgado. Le había roto la nariz, y uno de sus ojos estaba muy oscuro para ser algo leve, pero seguro podrían tratarlo con lo que hubiera en casa.

Hicieron lo posible por calmar a Kagami mientras cuidaban de Kuroko y trataban el rostro de Shigehiro, quien no parecía despertara pronto. Luego de un par de vendas, muchas compresas de hielo y pomada, se las arreglaron para que no pareciera nada más que una pequeña pelea entre estudiantes, y convencieron a Kagami de llevar a Kuroko a su hogar sin que le hiciera preguntas de algún tipo.

- Es una situación delicada Kagami – le dijo Kiyoshi, mientras le ayudaba a cargar el cuerpo desmayado de Kuroko sobre su espalda hasta la puerta– Él te lo explicará en su momento. Por ahora dale su espacio y asegúrate de no preocupar a su abuela, es delicada de salud.

- Nosotros tenemos que arreglar las cosas con los vecinos para no meter a la policía en esto – Hyuga seguía limpiando el desastre, asegurándose de que Ogiwara no despertara – El lunes lo arreglaremos. Y si su madre pregunta, solo dile que se cansó de jugar tanto al baloncesto con nosotros.

Con Kagami en trance por el shock repentino de violencia, lograron despistarlo hasta cerrar la puerta. Pusieron todo en orden a los 20 minutos, dejaron a Ogiwara sobre su cama, con la cara vendada y una nota, amenazándolo con una violencia mayor si se acercaba a Kuroko de nuevo sin previo aviso o si decía algo de lo ocurrido.

Una vez todo listo, se apresuraron a salir del departamento y con rapidez fueron al techo para ver porque una fuerza de presión tan alta los sofocaba. Cuando llegaron, lo único que divisaban con claridad era una especie de cúpula color púrpura, y muy en su interior, los gritos desesperados de Kise podían escucharse entre las tinieblas.

- ¡Kise! – Hyuga trató de acercarse lo más que pudo a él, pero el campo de fuerza que lo rodeaba no le permitió más de un paso - ¡Kise!

- ¡Hyuga! ¡Ayúdanos! – No podía distinguirlo bien, pero a lo lejos, el ángel podía ver con dificultad la figura de Kise en el suelo, peleando con lo que parecía ser el cuerpo de Aomine - ¡Aomine está actuando extraño! ¡No sé qué le pasa!

- ¡¿Qué pasa?! – Kiyoshi trató de ingresar en la barrera, pero sintió como sus palmas se quemaron al leve contacto - ¡¿Qué está haciendo Aomine?!

- ¡Está enloquecido! ¡Ha sacado sus garras y no para de morderme! ¡Puedo oler su lujuria, creo que está descontrolado!

Hyuga hizo aparecer su espada de luz para tratar de romper el escudo, pero la misma fuerza que uso se vio reflejada y casi caía de bruces al suelo. Kiyoshi logró sostenerlo antes de que cayera.

- ¡¿Qué rayos es esto?! – vociferó el ángel, tratando de pararse a duras penas. Intentó dar otro golpe, pero el resultado fue el mismo - ¡No puedo romperlo!

- Obviamente no, sino no sería un sello del inframundo.

Como una ventisca, Haizaki se mostró ante los dos en una nube de humo. Tenía en su brazo un gran tatuaje y una sonrisa de burla que molestaba mucho a Hyuga.

- Hasta que te dignas a aparecer peste... - Siseó Hyuga, siendo sujetado por Kiyoshi para que no hiciera nada imprudente - ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Qué está pasando?!

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2018 ⏰

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