CAPÍTULO 23 MEL Y SUS REGALOS

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-Sabes qué tipo de ropa te llevaras para conocer a tus abuelos políticos. –escucho que grita Mel, desde la cocina. La verdad es que no lo he planeado, hoy ya es jueves y salimos mañana por la tarde al lugar que sea al cual me quiera llevar Darry. Pero es que venga, tampoco me tendré que disfrazar de algo que no soy. Yo soy Brenda Stewart, la chica flacucha que usa jeans, convers, playeras y chamarras de piel, en ocasiones un par de vestidos casuales y ya. No soy una chica que anda al último grito de la moda.

-Para serte honesta, no lo había pensado. –le respondo tirándome al sofá de la sala.

-Ya lo decía. –veo como se sienta en otro sofá. –y por fin adonde irán. –vuelve a cuestionarme.

-Si ya lo supiese, ya te lo hubiese dicho.

-Porque usas ese tipo de conjugación de palabras, me chocas Bree. –lo dice riéndose.

-Porque me gusta. –le respondo lanzándole un cojín. –extrañaras mis palabras muy pronto. –deja de reír y se pone seria.

La observo y se queda pensando. –Eso es cierto. –escucho que responde, después de unos minutos. –Te voy a echar de menos a ti y a tus ronquidos. –se empieza a reír como loca, me levanto con un cojín en la mano y se lo planto en la cara.

-Yo no ronco. Pero si hablamos de ruidos, tus ruidos al estar cada noche con Logan, apuesto a que los escucha Liam. –me burlo ahora de ella.

-Oye eso no es cierto, verdad. –me dice sonrojada.

-Bueno...

-¡Brenda! –me grita.

-No grites, no creo que los escuche Liam, pero yo sí que los escucho. –Se sonroja más, pero no dice nada. –Anda ven ayúdame a elegir lo que me llevare mañana.

Mel me sigue hasta mi habitación. Sobre la cama ya he dejado mi mochila para poder llevármela solo falta ver con que la llenare, claro lo esencial ya está dentro, mis productos de limpieza. Tomo un par de jeans y se los enseño a Mel, señala 3 que podría llevar así que elijo dos, después con las playeras pero de inmediato me las quita y las vuelve a meter al closet, en su lugar saca dos tops y los mete en mi mochila. Le pongo los ojos en blanco pero lo dejo pasar.

-Tengo un regalo para ti, ya vuelvo. –escucho que dice Mel y veo cómo sale corriendo de mi habitación.

Tomo un par de calcetines y los meto en la mochila junto con unas sandalias. Veo como de inmediato ya está de regreso. –Toma. Espero que te guste. –me dice, ofreciéndome una bolsa de regalo.

-No es mi cumpleaños y para eso falta mucho. –tomo la bolsa sin saber que decir.

- Y bien. –dice.

-Y bien qué. –respondo.

-Qué esperas para abrirlo.

No respondo, me siento en la cama y me dispongo a abrir el dichoso regalo. Meto la mano y siento que es algo suave, lo saco y me encuentro con un retazo de tela negra. –Es enserio Mel, un babydoll. –lo tomo entre las dos manos, como se le ocurre.

-Vamos, Bree. Sé que me lo agradecerás después.

-Después.

-Van a pasar juntos dos noches y vamos que tu ropa de noche no es lo más sexi que hay. –dice muerta de risa.

-No es la primera vez que dormiremos juntos y lo sabes, a él no le molesta mi camiseta. Además podemos dormir desnudos. –escucho como se carcajea como posesa. –no he querido decir eso.

-No. Claro que no fuiste tú, fue tu inconsciente, quien ha hablado por ti.

-Lo que me haces decir, te odio.

-Yo también te amo. –dice sin dejar de reír. –venga dame eso. –me quita el trapo de las manos, lo dobla y lo mete en una de las bolsas de mi mochila.

-No, me pondré eso, okay.

Arruga la nariz como diciendo aja, claro que lo harás. Pasamos un rato más riéndonos de las tonterías de Mel y meto un vestido por si acaso. –No llevaras traje de baño.

-Ya lo he metido. –le digo.

-Bien. -dice

-Bien. –respondo. Nos carajeamos y le doy un fuerte brazo, la extrañare mucho los días en que este en NY. –Gracias Mel.

-¿Por? –pregunta.

-Por todo.


Un amor en MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora