CAPÍTULO 17 SUPER + IR DE SHOPING CON UN AMIGO NO ES UNA BUENA CONVINACIÓN

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A las cuatro en punto nos despedimos Robert y yo en la puerta y ahí nos encontramos con Liam. –Supongo que ese tío si es tu noviete. –dice Robert.

-Pues lamento decepcionarlo señor sabe lo todo, pero no. –Robert pone cara de no entender pero sin más se va.

-Hola. –me saluda Liam.

-Hola. Listo para ayudarme con mis deberes. –aclaro.

-Sí, listo. –me responde.

Caminamos hacia la calle pero no veo la moto. En su lugar está el Ferrari. Liam me sonríe y yo le respondo del mismo modo. Me abre la puerta del copilotó, una vez que él se sitúa frente al volante pone en marcha el coche. De fondo se escucha a Justin Bieber y entonces me dan ganas de reírme, pero no por él. Sino por Liam es que jamás me lo imagine, que un chico como él le gustara ese estilo de música, me lo imaginaba más del tipo de Papa Roach o Breaking Benjamin. En fin no soy quien para juzgar a los demás.

-¿Qué es gracioso? –me pregunta, sacándome de mis pensamientos.

-Mmmmm. Que. -inquiero

-Sí, bueno. Te estabais riendo sola, por eso preguntaba.

-Ya, mm no. No es nada. –respondo algo apenada.

-Vale, vais a contarme como estuvo tu día de trabajo.

Le cuento prácticamente todo, desde que Susan dijo que podía salir temprano y por eso le textie para poder quedar, así como lo de sexi rubio cenizo, a lo que le hizo gracia porque soltó una carcajada. Robert me corregí después. Le conté lo que sucedió con Joe ayer pero que por suerte ya lo hemos solucionado.

-Y hablando de Don gilipollas, que ha pasado. –pregunto. Con Don gilipollas, se refiere a Darry, lo sé muy bien. Pero como se le ocurre insultarlo y mas estando yo con él, no le respondo no quiero volver a pelearme con uno de mis amigos. Como ve que no respondo agrega. –Perdonadme, Bree. Por favor. –estoy enojada pero no quiero explotar, así que me agarra del muslo, pero de inmediato me pongo tensa y me aparto, nadie jamás me ha llegado a rozar el muslo. –Perdonadme, lo siento. –quita su mano y sé que este perdón ha sido por agarrarme el muslo.

-Se llama Jeremy. Y no hemos hablado desde el domingo, bueno ayer nos mensajeamos pero hoy no he sabido nada de él en todo el día. –es cierto no me había percatado de ello, será a que ya me estaba acostumbrado a que no llamara, ni recibiera un mensaje suyo. O será que este respetando lo del ir más despacio.

Llegamos al centro comercial, Liam estaciona su coche y la verdad se me han ido las ganas de comprar. No creí que el venir al centro comercial con Liam iba a ser así de incómodo. Después de que le dijera que Darry y yo no habíamos hablado dejo de cuestionarme y lo agradecí. Caminamos hasta la entrada sin decir nada. Hasta que él rompió el silencio incómodo. – ¿Y bien a donde vamos primero? –pregunto.

-Necesito ropa. –fue lo único que respondí.

Liam asintió con la cabeza y nos dirigimos hacia una tienda de ropa, tuve que seguirlo porque la verdad era la primera vez que estaba en este lugar. La dependienta nos recibió amablemente y de inmediato sus ojos quedaron eclipsados con Liam, y bueno es que vamos Liam es muy guapo. Me pregunto muy a su estilo español que, que era lo que buscaba en especial. Y yo no sabía, en mente tenía claro que necesitaba muchas cosas pero estaba perdida ella lo entendí y empezó a tomar ropa de aquí y de haya.

Al llegar al probador tenía un sinfín de ropa tanto casual, formal uno que otro abrigo y así. Me provee un par de jeans de tubo de los cuales elegí tres, un par de blusas, tops y playeras. Uno que otro vestido. Escuche que tocaban la puerta del probador y creí que era Liam, pero cuando abrí me encontré con la dependienta. Traía más ropa y algunas de esas prendas no eran de mi estilo fue lo que logre llegar a ver.

-Su novio ha dicho que quizá le gustaría ver qué tal le queda esto que ha elegido él. –al decir novio vi cómo se sonrojo. Pobre, a lo lejos vi a Liam saludándome y riéndose. Quería jugar bien pues jugaríamos.

-Gracias. –tome la ropa que la chica tenía en las manos. –Él no es mi novio. –al decirle esto vi cómo se le iluminaba el rostro. Y le entregue la ropa que pensaba llevarme. Después volví entrar al probador.

La ropa que había escogido Liam era repugnante, minifaldas con lentejuelas, tops que más bien parecían sostenes, medias caladas que no me atreví a probarme, esto era espantoso. Pero como él quería jugar, me puse una minifalda y un top. Me mire en el espejo y me veía como una cualquiera, trague aire y abrí el probador. Liam estaba de espaldas a mí.

-Así que esto soy para ti o es lo que parezco. –se lo solté con un tono de enfado.

Liam se volvió para verme y casi se va de sentón al suelo. Se puso blanco. –Perdonadme Bree, es... solo... creí que no... bueno solo era una broma.

Pase a su lado y me situé frente a un espejo de cuerpo completo. –Valla esto es muy horrible, no sabía que te gustaban las chicas que se visten así. –se lo dije pero con la voz de burla.

-Sí, es muy espantoso. –dijo observándome. –y no, no me va ese estilo, es solo que creí que te debía una sonrisa después del incidente de hace un rato en el coche.

No dije nada, nuestros ojos se encontraron a través del espejo, unos tipos pasaron por la tienda y al verme empezaron a decir un montón de cosas repugnantes. Y me sentí indignada, Liam empezó a maldecirlo y por un instante estuvo a punto de perder el control, pero lo detuve. –será mejor que me quite esto y vallamos al súper.

Y eso hice me cambie lo más rápido posible, pague mi ropa y nos fuimos al súper. Compramos la despensa que al menos nos rendiría por quince días. Después fuimos por unas malteadas y estuvimos platicando durante un rato más hasta que creí que ya era hora de volver a casa.

Liam me ayudo a meter todo a la casa. –Bien creo que esa era la última bolsa. Gracia. –le dije.

-No tienes nada que agradecer, me encanto acompañaros. Creo que no soy buen acompañante, mira lo que ocasioné.

-Me la pase bien a tu lado, Liam. –dicho esto lo abrace, no quería que se sintiera mal por lo de Darry. –Gracias por todo.

-Yo también la pase muy bien.

Dicho esto nos despedimos y él se fue a su piso. Yo me tire en el sofá estaba muerta. Me encontré con una nota en la mesa de centro era de Mel. Me decía que no la esperara para dormir que se había liado con Logan y que nos veíamos mañana por la tarde genial me había dejado sola, también me decía que me había llegado un paquete para mí y que lo había metido en mi habitación. Un paquete para mí, eso era extraño. Quien me mandaría algo a mí, después llegue a la conclusión mamá.

Corrí a mi habitación, al abrir me encontré con una caja y una maleta en la cama. Esa maleta la reconocería en cualquier lugar, esa maleta me la había regalado Sabrina para nuestro primer viaje de la escuela a Vancuver. El estampado era la Torre Eiffel. Camine hacia ella tenía un pequeño sobre lo tome y lo abrí. Creí que esto te ha de ser mucha falta. Te quiere mamá. Decía la nota. Abrí la maleta y me encontré con algunas de mis cosas, un poco mi ropa, mis zapatos. Abrí la caja que estaba a lado, las lágrimas salieron por si solas, unos de mis libros, fotos y otras cosas que estaban en mi habitación. Mamá era mi ángel, estando tan lejos me leía el pensamiento.


Un amor en MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora