CAPÍTULO 7 PRIMER DÍA EN EL TRABAJO

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Me encontraba viviendo en un sueño. Un hermoso y maravilloso sueño, jamás imagine que en España conocería al amor. Pero es así, antes no quería aceptarlo pero un parte muy en el fondo de mi alma sabía que estaba enamorada de Darry, mejor dicho Jeremy. Ya es lunes y hoy empiezo a trabajar en la librería, el fin de semana se pasó volando, la tarde del viernes salimos Liam, Ameli, su supuesto amigo y yo a celebrar lo de mi trabajo. Claro que invite a Jeremy pero no quiso acompañarnos, sé que no le agrada Liam, pero de una forma u otra tendrá que aceptar que es mi amigo.

Ayer me pase casi todo el día con él, rento un par de películas y nos pusimos a verlas. Yo prepare la botana, Ameli salió a no sé a dónde. Supuestamente el chico del viernes no es nadie importante, pero en el bar no paraban de bailar y toquetearse. En fin es su vida y creo que no tengo derecho a meterme en ella.

Miro el teléfono y son 45 pasadas de las 6, salto de la cama y me dirijo al cuarto de aseo. La hora de entrada es a las 8:30 pero es el primer día y tengo que dar la mejor impresión de mí. Darry ha insistido en acompañarme y la verdad es que yo... Bueno yo no pude negarme. Me meto en la ducha para que me despabile por completo, dejo que el agua recorra cada centímetro de mi cuerpo y me purifique, hoy necesito estar al cien. Después de unos minutos me encuentro en mi cuarto viendo que es lo que me pondré, opto por unos pantalones de tuvo color negro, una playera blanca y las converse, sé que es informal pero este es mi estilo. A mi cabello lo recojo en una coleta alta. Le pongo mascara a mis pestañas y creo que ya estoy. Vuelvo a checar la hora por enésima vez y veo que son casi las 8, Darry no tarda en llegar.

Salgo corriendo a la cocina para poder desayunar algo. Me encuentro con Ameli preparando el desayuno. – Hola. –le digo, se voltea me sonríe y me responde.

-Hola, ya se te está haciendo tarde ¿NO? –jaja me rio pero es cierto.

-Digamos que solo un poquito. – respondo.

-Suerte que me tienes aquí aún, ya he preparado un poco de café. –señala la cafetera eléctrica. –y en la barra hay tostadas con mermelada y algo de fruta. –Ameli es un amor sino fuera por ella estaría frita literalmente.

-Mil gracias. –salto a ella y le doy un beso en la mejilla.

Esto no le hace mucha gracia porque de inmediato me aparte y dice. –Vale, Vale que no soy tu novio, por cierto no tarda en llegar así que mejor te apuras.

Le sonrío y me siento en un taburete, sin antes llenarme una taza de café. Tomo un pan tostado y le unto mermelada, entonces pienso porque a los Españoles les da por llamar al pan tostado "tostadas" digo, si esta tostado pero bueno.

Escucho sonar el timbre y eso me saca de mi pequeño debate sobre el pan tostado y la tostada. No hago otra cosa que soltar una carcajada.

-¿Qué es gracioso? –Pregunta Ameli.

-Nada. –y vuelvo a reír.

-Bueno. No pensáis abrir la puerta. –agrega, es cierto Darry.

Brinco del taburete y corro a la puerta, abro de inmediato pero no es Darry sino Liam. –Ya sabía que no me esperabas, pero no es para tanto. –creo que ha dicho eso por mi expresión.

-Que perdona, eso solo que... yo bueno... ya sabes.

-Tranquila, no pasa nada, sé que estáis esperando a.... –no termina la frase. Sabe que ando saliendo con Darry, Ameli no descanso en restregárselo en la cara el día que fuimos a festejar lo de mi trabajo.

-Sí. –es lo que le contesto.

-Bueno pasaba a saludar y desearte suerte en tu primer día de trabajo. –Liam siempre tan lindo y amable.

-Gracias.

Me dan un abrazo y un beso, antes de marcharse. Lo veo bajar las escaleras y cierro la puerta me quedo recargada sobre ella, me siento mal por él, quizá le di esperanzas. No, eso no es cierto yo jamás le di a entender nada más que no fuéramos amigos. El timbre vuelve a sacarme de mis pensamientos.

Al abrir le digo. -¿Qué se te ha olvidado? –pero no es Liam, sino Darry.

Pone cara de no entender nada. No lo pienso dos veces me lanzo a su brazos y lo beso, él me rodea y me atrae más a él. Cuando nos separamos me toma de la mano y yo lo conduzco a entrar a la casa. –Ya estáis lista para irnos.

-Sí, voy por mi bolsa.

Salgo corriendo a mi cuarto tomo la bolsa y mi chamarra, luego me voy a lavar los dientes. Checo la hora y son 10 pasadas de las 8. Grito, esto es horrible llego tarde, llego tarde. Grito cada vez más fuerte.

-Llegare tarde, anda vámonos. Le digo a Darry.

-Tranquila he traído la camioneta. –trata de que me tranquilice pero no resulta, no lo estaré hasta que este frente a la librería.

Me despido de Ameli a lo lejos. Escucho que me grita "Suerte" cuando cierro la puerta. Bajamos los escalones corriendo, llegamos a la camioneta a las 8:15.

Darry la pone en marcha y se adentra a la carretera, llegamos en 10 minutos. Valla y yo pensaba venir caminando y llegar como 20 minutos antes pero no fue así, sino que todo lo contrario. De inmediato bajo de la camioneta y me dirijo hacia la entrada. Pero Darry me alcanza y me abraza. –No pensabais despedirte de mí. –se apura a decir.

-Claro que sí. Es solo que estoy llegando ya tarde. –no lo pienso más y sé que para que me deje entrar debo de cortar rápido esto. Lo beso de una forma muy seductora y no le doy tiempo de que me diga más.

Corro hasta el local, entro y cierro como los ventanales son de cristal me volteo a verlo y sigue ahí, en el mismo lugar con la boca abierta. –Hola linda. Buenos días. –la dueña hace que centre mi atención en ella.

-Hola, perdón he llegado un poco retrasada.

Mira su reloj y luego mira hacia la calle agregando. –Si el tío que está ahí fuera parado fuera mi novio yo también llegaría tarde. –se ríe y a mí me entra algo de pena. –Mira que no es tarde, has entrado a las 8:30 en punto. Anda ve a despedirte como es debido de tu novio. –no creo lo que está diciendo, nadie en su sano juicio haría eso ¿o sí? –Anda ve. –me anima a salir. –déjame aquí el bolso y la chamarra yo los guardo.

Se lo entrego y salgo. Darry está a punto de subirse a la camioneta. Pero entonces me ve y cierra de un golpe la puerta, corre hasta donde estoy y el rostro se le ve preocupado. Antes de llegar hasta mí grita. –Amor, estáis bien. Ha pasado algo. –es lo mismo que quiero saber me digo a mi misma.

-No. –respondo.

-Entonces, que hacéis aquí, fuera de tu trabajo. –la señora que ha visto que no te has querido marchar antes me ha sacado a despedirme como es debido según ella.

-No sé qué hago aquí fuera, bueno vine a despedirme como es debido. Gracias por traerme.

-No tenéis que agradecer, pero no entiendo aquello de lo debido.

-Luego te explico vale. Ya tengo que entrar, nos vemos en la tarde.

-Sí. A las 6 en punto cierto. –asiento con la cabeza. –me debes otra explicación o mejor dicho no, me toma de la cintura y pega su boca a la mía, siento como su lengua acaricia la mía, y me pega más a él. Y sé que es hora de parar esto, pero no sé cómo entonces suelto un gemido y esto hace que él sonría pero a mí me da pena y entonces le doy un pequeño empujón.

-Ya tengo que entrar.


Un amor en MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora