CAP 4:VENGANZAS

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Fui a su casa, pero antes de que llegue, Ana que estaba en su casa, le estaba diciendo que podrían actuar como si estuvieran saliendo, pero él se negó. Yo llegué y él me abrió la puerta:

-Hola,¿podría hablar contigo un momento?

-Adelante pasa- dijo después de un largo silencio.

Pasé y oí una voz que venía al salón diciendo:

-¿Quien es, Rubén? -Era Ana, pero ella,¿Qué hacía ahí ?- ¿Sheila?

-Si, Ana,soy yo,que bien que estes aquí ,necessitaba hablar con los dos.

-¿No estarás de parte de Michelle, no?

-Yo estoy de parte de los 4, Rubén se que tú quieres a Michelle y ella te quiere,y tú Ana quieres a Nico y él también, se han arrepentido mucho.

-Yo, ya no quiero a Michelle, y no me importa lo que sienta, ella nunca piensa en mi. Ahora estoy con Ana- dijo cogiendole la mano, parecía que se había arrepentido de rechazar su idea, y también parecía que Nico no consiguió nada saliendo tras Ana esa noche.

-¡¿qué?! No puede ser ¿es una broma, no? Tienes que escuchar la versión de Michelle antes de pensar en hacer cualquier cosa. Ella no era consciente, no sabía nada, pensaba que eras tú.

-No quiero volver a oír su nombre y si no tienes nada más que decir, ve a contarle lo ocurrido aquí- y me fui sorprendida.

Después de que me fuera:

-Has hecho lo correcto Rubén.

-No, no lo creo yo la quiero mucho aunque me haya traicionado, se lo mucho que se va a herir cuando sepa esto.

Yo no quise contárselo a Michelle, iba a sentirse peor, pero aún así fui a su casa para ver como se encontraba. Cuando llegué ella no estaba, se había ido a hablar con Rubén.

-¿Ana?- Ana le abrió la puerta, ella iba medio desnuda y con una camisa de Rubén puesta, pero...¿qué había pasado allí?

-Vaya, vaya, vaya... mira quién esta aquí, Rubén no quiere hablar contigo, mira donde esta- dijo abriendo un poco más la puerta y señalando a Rubén que estaba en el sofá sin camiseta dormido.

Michelle echó a llorar.

-Vamos, no llores princesa, te irá bien con mi novio, ah no...¡que ahora es el tuyo!- dijo antes de cerrar la puerta de un portazo.

Michelle se giró y empezó a caminar sin saber a donde iba, con los ojos inflados y llenos de lágrimas se dispuso a cruzar la calle. Mientras ella miraba al infinito, no se dio cuenta de que un coche venía a toda velocidad y estaba apunto de ateopellarla...



UN AMOR COMPLICADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora