Capítulo 30: Cree en tu superior

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El puño del moreno se elevó en el aire, sin importarle las consecuencias de sus acciones, él solo buscaba de alguna forma desquitarse con esa persona por lo que les estaba haciendo. Y, quizás, su accionar sea válido, en circunstancias similares a las de él, todos reaccionarían de la misma forma, de eso no había duda alguna. Pero antes que el golpe diera de lleno en la cara del capitán de los Murciélagos, este fue detenido por un azabache, quien en verdad deseaba que ese golpe se concretará si estuvieran en otras circunstancias, pero ese no era el momento indicado para dejarse llevar por sus instintos.

—Suéltame, hyung —le exigió el moreno claramente molesto.

—No —Seungcheol afianzó su agarre en su mano.

—¿Has visto a quién estás defendiendo? —dijo con rostro incrédulo.

El mayor sabía perfectamente lo que hacía, no estaba defendiendo a SungKyu, él estaba evitando que Mingyu fuera expulsado del partido o peor del campeonato. A pesar que sus acciones parecían confundir al menor, él no podía hacer nada más, al menos no durante ese instante.

—¿Estás bien? —Woohyun, del equipo contrario, se acercó al capitán de los Murciélagos.

—Claro que sí, solo hablaba con nuestros amigos —Sungkyu los miro con una sonrisa de suficiencia para provocar a los otros.

—Desgraciado —Mingyu arremetió de nuevo.

Pero esta vez, Hansol lo detuvo por la espalda tomándolo por los hombros, tratando de controlarlo. Hansol nunca había visto a Mingyu comportarse de forma tan impulsiva, por ello no pudo reaccionar de inmediato ante lo que sucedía.

—Disculpen, ¿Qué está pasando? —un árbitro se acercó a ellos.

—Nada, señor —intervino rápidamente Seungcheol— Solo..

—Ven aquí, Mingyu.

Hansol lo arrastró hasta las bancas, mientras el menor forcejeaba con él, este tenía el fuerte deseo de romperle la cara a ese tipo e ir a buscar a sus seres queridos luego de ello, esa era la única idea que ocupaba su mente.

—No me quedaré, debo ir por los chicos.

El moreno se soltó, giro sobre sus talones y empezó a caminar con intención de salir del estadio, entro en el pasillo y aceleró el paso prácticamente trotando. No pensaba detenerse, no quería detenerse, lo único en su mente eran su novio y su amigo, debía encontrarlos y salvarlos, no podía permitir que más personas cercanas a él siguieran siendo lastimadas.

—¿Qué estás haciendo? —Seungcheol habló a sus espaldas llegando hasta él.

—Voy a rescatar a los chicos —le dijo sin voltearse a verlo, ya en el pasillo.

—No eres un héroe —trató de hacerlo entrar en razón.

—No busco ser un héroe, solo quiero salvarlos —avanzó.

Seungcheol lo tomó del hombro y lo giro para que lo vea a la cara, el rostro del menor denotaba molestia y los puños apretados reflejaban ira, por un momento el capitán de los Caballeros Blancos pensó que sus palabras solo empeorarían el humor del moreno pero no pensaba quedarse callado.

—No sabes donde están, ni si quiera sabes lo que harás. Date cuenta ¡Tú no puedes salvarlos! —lo sacudió.

Las palabras de su mayor lo dejaron perplejo, parecía no interesarle el bienestar de los dos chicos. Esto logró que se enfadará aún más, cosa que no paso desapercibido por Seungcheol, quien se había vuelto bastante intuitivo con el pasar de los meses.

—¡Es mejor intentarlo a quedarme aquí! Como tú lo estás haciendo —le espetó en la cara—, estoy decepcionado de ti.

—No sabes lo que dices —negó con la cabeza, si solo el menor supiera sus planes no hablaría de una forma tan cruel.

Me odias, Me amas [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora