A pesar de las palabras alentadoras de toda la escuela al salir para el campeonato, ellos aún no asimilaban que estuvieran en la final y mucho menos a un paso de ganar, por esa razón un aire de nerviosismo volaba en el aire dentro del bus desde donde se transportaban los jugadores. En cambio el bus que transportaba a la barra que apoyaría ese día al equipo era otra historia, todos vitoreaban una serie de cánticos previamente practicados y todo con el fin de ser el aliento fuera de la cancha de juego.
—Es bueno verte sonriendo, Jihoon —el pequeño Chan sentado al lado del mayor por fin notó una cálida sonrisa después de mucho tiempo en el rostro de su amigo.
—Van a jugar la final, debo estarlo.
Chan asintió a sus palabras y continuó con los vítores a viva voz, Jihoon sonrió y se prometió que por el día de hoy se olvidaría de sus problemas personales para alentar los jugadores de los Caballeros Blancos. Porque esencialmente su primo estaba ahí, un par de sus amigos y su aún novio, aunque no había logrado conversar con él de forma adecuada, cosa que si hizo con Ryul ubicado en unos asientos más atrás al suyo y al lado de Seokmin.
—Ryul, cambia esa actitud —le reprendió Seokmin—. Hoy juega el equipo y Mingyu está ahí ¿acaso no es un preciado amigo tuyo?
Ryul quien estaba hasta el momento perdido en sus pensamientos hilvanó apenas las palabras dichas por Seokmin, cuando su mente llegó a procesarlas sólo atinó a asentir de forma quedada. Mingyu era importante para él, un viejo amigo suyo a quien adoraba, sin embargo todos esos sentimientos eran opacados por los que eran para Jihoon, aunque la forma en que quería a Mingyu y al de piel blanquecina era abismalmente diferente.
—Lo siento, yo aún no deseo ir a ningún lugar —Jihoon retiro la mano de Ryul de su rostro con cuidado—. Yo quiero a Seungcheol, y aceptar tus sentimientos e irme contigo solo sería hacerte daño. Te quiero, Ryul. Pero no de la forma en que tú me quieres.
Esas fueron las palabras de Jihoon el día anterior, a pesar que por un instante el pequeño chico titubeó si responder era lo correcto, al final optó por decir la verdad y no crear falsas esperanzas. Agradeciendo en parte Ryul por su sinceridad, aun cuando esto lo había afectado prefería que Jihoon fuera claro desde el principio. Ryul y Jihoon no tenían ese tipo de historia, no estaban hechos el uno para el otro, y aunque costara aceptarlo por más que compartían hermosos recuerdos aquello no implicaba convertirlos en algo más cercano a una historia de amor.
—Jihoon no se irá de tu lado —Seokmin interrumpió otra vez su línea de pensamiento—. No importa cuanto lo veas, no se irá, siempre estará para ti porque te aprecia mucho.
Ryul estaba seguro no había mencionado nada relacionado a Jihoon en todo el momento que estuvo sentado junto a Seokmin, aunque sus constantes miradas a los asientos delanteros quizás lo delataban sin que se diera cuenta. Pero aun así Seokmin parecía haber visto más allá de lo que todos habían logrado observar, como si supiera de sus sentimientos y estuviera dándole aliento para seguir adelante. Aunque seguir adelante implicaba entender que Jihoon y él sólo serían amigos, muy buenos amigos.
—Jihoon te ha con... —trato de descubrir la razón por la que Seokmin parecía saber más de lo que debería.
—No tiene que hacerlo, te he observado y puedo deducir lo que ha pasado —un leve rubor se apoderó de las mejillas de Seokmin.
Ryul lo miro fijamente, tratando de discernir si las palabras dichas por el otro junto al pequeño rubor en sus mejillas significaban más cosas de las propiamente dichas. Sin embargo decidió no darle tantas vueltas al asunto al menos no por ese día, tomó uno de los dedos de espuma de Seokmin y se lo puso en su mano.
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Me odias, Me amas [JiCheol]
Fiksi PenggemarChoi Seungcheol creía firmemente que siempre viviría en Daegu, idea que no le molestaba en absoluto pues todo lo que amaba estaba en esa ciudad. Por ello cuando su madre le comunica que deben mudarse y por tanto dejar todo atrás, él siente que su vi...