Capítulo 10

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Parece que poco a poco las cosas van volviendo a ser como eran. Lexa está teniendo una paciencia infinita conmigo y me doy cuenta de que con el tiempo estoy volviendo a ser yo misma.

Se que tengo muchas cosas que contarle y lo haré, pero no se lo diré todo de golpe. No es que mi pasado sea turbio ni nada por el estilo, pero hay algunos recuerdos que todavía hacen daño.

Estoy sorprendida por lo que ocurrió aquel día en la ducha. No me lo esperaba y me agrado mucho. Había sido un día bastante aburrido sin Lexa en casa y cuando me llamó diciéndome lo que le había ocurrido a la pequeña Gusy, no dude ni un momento en ir a su encuentro. Se la oía muy triste por teléfono y verla en la sala de espera con los ojos cristalinos y llena de preocupación, me enterneció muchísimo.

Lexa es una alma caritativa y cariñosa que ama a los animales y ver sufrir así a una pobre perrita, la estaba rompiendo el corazón. Gracias a dios Gusy está bien y ha vuelto a la protectora junto a sus cachorros. Lexa no deja de hablar de ellos en todo el día, creo que dentro de poco en este pequeño piso va a haber un nuevo miembro y a Anya la va a dar algo.

A lo que iba que me desvío del tema. Mentiría si dijera que aquel día en la ducha no se me paso por la cabeza follarla. Pero no fui capaz, no lo creí correcto. No era el momento y ella desconoce gran parte de mi pasado.

Además no se en que punto estamos de nuestra relación. Si es que tenemos una. ¿La tenemos? Pues no lo se. Nos hemos besado en numerosas ocasiones, dormimos juntas, vivimos juntas. Prácticamente hacemos una vida en pareja, pero en realidad solo hemos tenido una cita antes de que mi caos interior estallara.

-¿En que piensas? -desvío mi mirada del lienzo en blanco hasta los ojos verdes que me miran preocupados.

-En nosotras –susurro sin ser muy consciente de lo que digo.

Lexa me estudia con cuidado y toma asiento en el sofá mientras yo permanezco de pie al lado del lienzo.

-¿Qué ocurre con nosotras? -pregunta con suavidad sin apartar sus ojos de los míos.

-¿Qué somos? -pregunto dudosa y una sonrisa de medio lado asoma en sus dulces labios.

-¿Qué quieres qué seamos?

Esto parece un jodido partido de tenis. No paramos de devolvernos la pelota sin conseguir un mísero punto.

-Hemos tenido una cita –asiente- nos hemos besado –sus labios forman una pequeña sonrisa- hemos estado a punto de acostarnos...

-¿Alguna de esas cosas no te ha gustado? -me mira curiosa ladeando la cabeza.

-No, para nada –suspiro frustrada- lo que quiero decir –me cruzo de brazos y la miro a los ojos- no se lo que quiero decir -desvío mi mirada de la suya.

-Mírame Clarke –su dedo en mi barbilla hace que nuestros ojos se encuentren- no hay prisa preciosa –me besa la nariz haciéndome reír- podemos ir poco a poco –sus manos acarician mis brazos descruzándolos y haciendo que la abrece- tu marcas el ritmo aquí.

-¿Segura? -pregunto dubitativa.

-Segura preciosa –besa tiernamente mis labios y me dejo llevar por el beso hasta que el timbre nos interrumpe.

-Odio a los vecinos –murmuro cuando se aleja de mi para abrir la puerta- ¿Dónde diablos está mi inspiración? -le pregunto al lienzo vacío.

-¡Clarke ayúdanos!

Me giro sorprendida cuando veo a Ontorie entrar en el salón seguida de una chica que no conozco y de Aden.

-¡Hola a todos! -saludo mirando a Lexa que se encoge de hombros. Ella tampoco sabe de que va la cosa- ¿Qué ocurre Ontorie?

¿A dónde me he mudado? (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora