Capítulo 11

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-Sí, pero la canción me recuerda muchas cosas.
-¿Cosas o una persona?
-Una persona, pero no vale la pena mensionarla.
-Tranquilo, no llores.-dije abrazándolo.-Todo estará bien, yo entiendo.

Esa canción tiene muchísimo sentimiento, la hice en mis momentos de depresión y de una u otra forma, cantarla me hacia recordar.
Cuando te rompen el corazón por primera vez es un dolor extraordinario, no sabes amar e incluso buscas la forma de que la persona con la que estas se sienta feliz contigo, lo grandioso del ser humano es que a pesar de no saber, buscas la forma de hacerlo perfectamente. El amor funciona así.

[...]
Lo abrace y puedo asegurar que nunca había dado un abrazo tan sincero como el que di ese día. Me costó sí, pero no me arrepentí, estaba siendo muy tonta, muy frágil, yo lo tenía que matar, y sin embargo me estaba cambiando el juego. El me estaba matando a mi, pero de amor...

Al día siguiente Roberto me advirtió que tenía muchísimos días sin ver avances.

-No te voy a estar esperando, ya me artaste, espero que no estés pensando en fallarme.-grito Roberto.
-Lo torturare a mi tiempo Roberto.-respondí.
-Por lo menos quiero ver avances, sino los veo, lo mato yo Sam.
-Está bien, Roberto.

Entré a la habitación de Abraham, no quería lastimarlo, pero tenía que hacerlo o sufriría más a manos de Roberto.

-Hola chica.-dijo sonriendo.
-Enserio perdóname. Lo que voy hacer, es lo más conveniente para ti, me lo agradecerás.-es lo único que pude decir.
-¿Qué? ¿De que hablas Sam?... Espera, ¡Sam! ¡No! ¡No me mates! ¡Nooooo!

Impredecible. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora