Capítulo 25

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Estaba adentro del carro apunto de arrancar pero... No podía, no podía dejarla ahí, obviamente la matarían, o algo peor, no quería que muriera no quería. No actuaría como un cobarde ahora dejándola ahí, sabiendo lo que pasaría, ella salvo mi vida. Tengo que corresponder.

Entré como pude de nuevo fui bastante discreto después de todo, entrar ahí es fácil, salir es lo complicado y abrí esa puerta de su habitación y ahí estaba ella llorando.

-¿QUE HACES AQUÍ? TE DIJE QUE TE LARGARÁS.
-No me puedo ir de aquí sin el amor de mi vida.
-Abraham vete, te quiero a salvo.
-Vámonos, escapémonos, juntos, no importa a donde, que no nos encuentren, pero porfavor los dos. Tu no mereces esto.
-Abraham que no entiendes que yo no puedo salir de aquí, yo soy suya.
-No el solo te utiliza, para matar gente, para torturarlos el no te quiere.
-Eso ya lo se, pero soy suya Abraham.
-Esque no te entiendo, ¿como que eres suya?
-Abraham, ¿no vez lo que soy? Soy un asco de persona, quisiera cambiar pero no puedo, la vida me trajo hasta aquí. Y prefiero hacer sufrir que sufrir yo.
-Puedes cambiar, yo te ayudare te lo prometo, pero vamos, no me importa lo que hayas hecho, solo vámonos.
-Necesitaría matarlo para poder salir de aquí.
-¿Matarlo?
-Si.
-Sí es necesario, entonces, adelante...

Impredecible. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora