Capitulo 13

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Ver el cuerpo de su hermano tirado en el suelo, causo que en alguna parte de su ser, se desbordara la ira y la impotencia por no haberlo detenido antes de que todo esto pasara. Los que estaban detrás de Saga podían jurar por el Estigia que, habían visto el cabello de su compañero de un tono gris por unos segundos. El gemelo mayor apretó ligeramente los puños al ver como Milo ignoraba olímpicamente el cuerpo de Kanon, y corría en dirección del Acuariano para ver en que estado se encontraba.

—Saga, ¿Estas bien?— la voz del guardián de Leo lo trajo de vuelta a este mundo. Deteniendo la casi resurrección de Arlés.

— Si, no te preocupes.— ignorando todas las miradas de sus compañeros, tomo el cuerpo de Kanon, y se fue rumbo a Géminis sin decirle nada a nadie.

—¿Eh...? Voy tras él. No quiero volver a ver a Arlés— sin mas Aioria siguió al guardia del tercer templo, para evitar que Saga se volviera loco, otra vez.

Al día siguiente se llevo a cabo la sepultura de Kanon. Todos asistieron mas por cortesía que por interés. Milo- obligado por Camus- le pidió disculpas a Saga por haber matado a Kanon, aunque para él, no debía haberse disculpado por eliminar a un peligro para todos.

Con en paso de los días, lo que había pasado en esos tres día se fue olvidando por los Caballeros de todos los rangos, dando paso a una relativa calma, que se vio interrumpida por unos sonidos que  salían de la casa de Acuario. Shaka por esa noche , les quitó el sentido del oído a los demás Santos para que pudieran dormir bien y sin traumarse.

Acuario, minutos antes.

Camus  término de colocarse el ultimo accesorio en el cuello que, tapó en parte el chupetón que Milo le había dejado el día anterior. Suspiro, para luego mirar su  reflejo en el espejo que tenia en el baño.

— Ni yo creó que vaya a hacer esto.

Salio del baño no sin antes ver si Milo estaba en la habitación o no, para su suerte el peliazul estaba en la sala jugando con Kardia. Volvió a suspirar y se le ocurrió una pequeña maldad al ver al gato negro en la cama lamiéndose una de sus manos.

—Degel, seras mi cómplice.

En la sala Milo jugaba con la gata haciéndola correr detrás de la luz de un láser por todo el lugar, hasta que la voz algo asustada de Camus lo distrajo.

— ¡Milo, ven rápido!— como alma que lleva Hades, corrió a la habitación principal de Acuario, la cual encontró vacía, ni rastro de su Caballero de los hielos, solo un gato negro sobre la cama, que lo miraba con unos enormes ojos azules.

—Milo.— tan justo en ese momento el gato maullo despacio, haciéndole creer que el minino le había hablado.

—No es cierto... ¿¡Camus!?— el mencionado se sintió culpable al ver la desesperación en los ojos y voz de su Milo. Dado eso salio de su escondite, llamando la atención del escorpión. Cuando se giro quedo mas que embobado— C-camus.

Su querido Camus llevaba lencería muy ceñida a su cuerpo, la pieza principal cubría su abdomen pero no la espalda, tenia una medias algo transparente que le llegaban sobre la rodilla, unos  guantes sin dedos, con diseño de patitas, una cola, collar y orejas de gato, todo de un completo color negro. Era un hermoso gatito indefenso, además adorable antes sus ojos por el simple hecho de evitar su mirada y tener sus mejillas encendidas de un fuerte carmesí.

— Eres lo mas hermoso que mis ojos hayan visto antes.— solo logró que el sonrojo creciera todavía mas.

— No es cierto.

— No te miento, mi lindo gatito.— dijo acercándose para tomarlo de la cintura pegándolo lo más qué podía a su persona.

Comenzó a lamerle el cuello con mucha lasciva, a la vez que jugaba con la cola del traje. Camus soltó un jadeo junto con algo parecido a una gemido, haciendo sonreír a Milo cuando lo escucho.

Entre Cuerpo y Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora