Bajaba las escaleras de Virgo a Leo siguiendo a la gata que después de emplear sus medidas extremas logro que la siguiera al fin, y mientras lo hacia Milo murmuraba lo que para cualquiera serian palabras sin sentido, para él eran los planes de asesinato que quería preparar una vez que encontrara a la copia pirata mal hecha, quería torturarlo de la peor manera posible, arrancarle los ojos, desmembrarlo, si en la batalla contra Hades no lo mato con Antares, ¡Esta vez le asestaría 15 Antares!
Cuando estaba llegando al templo de Leo, vio que Kardia tomo otro camino, uno que estaba oculto entremedio de unas rocas, al principio pensó que la gata lo llevaba a cualquier lado pero luego lo pensó bien, el maldito de Kanon no pasaría por los Doce Templos si llevaba a Camus como rehén con él. Y sin dudarlo mas siguió a la gata que lo esperaba a unos cuantos metros de distancia.
Su rabia aumento al ver a uno de los gemelos subir por el mismo sendero, y las ganas asesinas lo atacaron cuando se dio cuenta de que era el desgraciado de Kanon. Sin pensarlo saco su Aguja y lo ataco.
Kanon alcanzó a esquivar la primera de las Agujas, miro a Milo y le sonrió de una manera muy inocente, inocencia de la que nadie jamas lo creería capas.
—¿¡Donde lo tienes!?, ¡maldito!— lo tomo de la camisa a la vez que lo sacudía. Quería matarlo, si, pero si lo hacia en este momento tal vez no lo encontraría pronto, y era lo que menos quería.
—Ah, no se de quien hablas— seguía sonriendole como si no supiera nada, y eso ya estaba irritando a Milo.
—¡ No te hagas el inocente, Kanon. Tu eres cualquier cosa menos inocente!
— Es en serio, no se de quien hablas, pequeño.
Eso fue la gota que derramo el vaso, ¿Como se atrevía sabiendo la situación en la que se encontraba a llamarlo pequeño? Como si no estuviera pasando nada.
'¡Pequeño sera tu amiguito!'
Milo se estaba desesperando, y ya hastiado de esa situación soltó a Kanon e hizo aparecer su Aguja, con la cual apuntaba al gemelo menor.
—Dime ¿Donde lo tienes?
—¿A quien? — una palabra mas de esa supuesta inocencia que saliera de sus labios y seria una coladera.
— ¡A Camus, maldito idiota!
—Ah, ese estorbo— su sonrisa cambio de "inocente" a una macabra y arrogante— Tranquilo bichito, ya no nos molestara.
—¡¡Si te atreviste a tocarle un solo pelo, te juro que te mato!!... Te arrepentirás de todo lo que estas haciendo maldita rata.
— ¿Arrepentirme? Ja, para nada. Solo hago lo necesario para que nadie estorbe entre nosotros — se le acerco hasta poner una de sus manos en el rostro de griego menor y comenzar a acariciarlo, Milo lo aparto con brusquedad— Solo hago lo que este en mis manos, para tenerte conmigo, y así ganarme tu corazón algún día.
—¿Ganarte mi corazón?, ¿Sabes lo que en verdad te ganas con todo esto?, ¡Mi odio, mi furia y mis ganas de asesinarte! ...—sin importarle nada mas volvió a atacarlo— ¡Aguja Escarlata!
—¡Ah!...— le habían llegado no una sino tres Agujas de una sola vez— Bien, si eso es lo que crees, me voy a deshacer de él de una vez por todas y no se volviera a entrometer entre tú y yo... Suerte en encontrarnos, mi lindo peliazul.
Dicho eso, y desapareció mediante la Otra Dimensión, dejando a Milo con las ganas de asesinarlo, pero ya se desquitaría.
—¡Maldito hijo de perra!— se aguantó las ganas de decir cuanto insulto se le ocurriera, para mirar a la gata que aun lo esperaba— Kardia, si sabes en donde esta Camus, llevame allá.
Se sentía extraño en confiar tanto en un animal, pero quien sabe, aveces pueden ayudar mas de lo que uno cree.
Por su parte, apenas Kanon dejo la cueva, Degel salio de detrás de la roca en la que se escondió del griego para por fin acercarse a Camus, el cual ya no tenia las muñecas atadas con las cadenas, después de todo de que le servía a Kanon mantenerlo amarrarlo si no estaría consciente de nada.
El gato negro se acercó al Francés maullando para llamar su atención, pero al ver que no la obtenía pensó que estaría dormido. Degel comenzó a pasearse por una de las manos de Camus, de un lado a otro y también por entre sus cabellos, como siempre lo hacia para despertarlo, en un ultimo intento el pequeño animalito se subió a sus piernas, para luego sentarse y ponerse a maullar mas fuerte, sin ningún resultado tampoco, no entendía que le pasaba su humano siempre le respondía cuando hacia eso ¿Que había cambiado? Jugaría su ultima carta.
Apoyo sus patitas delanteras en el pecho de Camus, y con la derecha comenzó a darle pequeños golpes en la cara, después repetía lo mismo con la cabeza, pero obtuvo el mismo resultado: nada, cero respuestas.
Y para su mala suerte justo en ese momento llego Kanon, Degel se escondió entre los cabellos de Camus y la pared, estaba lo suficientemente oscuro no lo vería.
Kanon se acerco al regente de Acuario y con una delicadeza muy extraña en él le levanto el rostro, puedo ver que estaba consciente pero con la mirada perdida, veía y no a la vez, podía estar pasando hasta el asesinato mas horrible frente a sus ojos y no se daría cuanta, ante eso el griego sonrió, estaba pasando las cosas casi como él quería solo faltaba deshacerse para siempre de Camus y ganarse el corazón de Milo.
—Sera mejor que te saque de aquí Acuario, sino nos encontrara pronto— le soltó el rostro con la misma delicadeza con la que lo había tomado, para ir de nuevo por la jeringa con el sedante— Pero antes te aumentare la dosis, de acuerdo, no quiero que reacciones y que no me haya dado cuenta— le inyecto el sedante en una pequeña cantidad, pero junto con la anterior seria suficiente.
A los minutos Camus había perdido totalmente la consciencia, y Kanon podría llevárselo a donde fuera sin problema alguno.
- Ah, mucho mejor.
◆◆◆
¡Hola!
Odio a Kanon en... tres... Dos... Uno... ¡Ya!
Perdón la demora, problemas de tiempo.
Chaito.
ScorpioNoMilo. ✌

ESTÁS LEYENDO
Entre Cuerpo y Alma.
FanficLuego de una pelea con un enemigo del Santuario, queda gravemente herido. Su alma se separa de su cuerpo y se convierte en un pequeño animalito, que termina siendo encontrado por la persona que ama, con quien pasara, los últimos días que su cuerpo r...