Capitulo 8

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Milo dio vueltas por todo su templo desesperado buscándolo, pero no estaba ahí, había llegado tarde, alguien se lo llevo y no tenía ni una pista que apuntara al responsable de todo esto. Se sentía de cierta forma culpable, si no hubiera venido conversando tan tranquilamente con Dohko, tal vez hubiera encontrado al maldito saliendo del templo. De lo que si estaba seguro, era de que el verdadero culpable era alguien con acceso a las Doce Casas.

Su cosmos intranquilo alerto a los que vivían más cerca de Escorpión que, el dueño de ese Templo no estaba bien, algo le había pasado, por que el cosmos de Milo era de los mas juguetones junto con el de Aioria, y en ese momento no había nada de esa alegría en él.

El primero en llegar a ver que le pasaba al peliazul fue Aioros y seguido de él Dohko, ninguno de los dos había visto a Milo así antes, el Escorpión se tiraba alguno de sus cabellos con desesperación y sus ojos amenazaban con soltar unas cuantas lágrimas. Sagitario y Libra se miraron como si hubieran pensado lo mismo... Algo le había pasado a Camus.

Después de un rato al fin pudieron lograr que Milo se sentara para que les explicara que había pasado.

— Si no lo hubiera dejado solo... — apretó el puño hasta que sus nudillos se colocaron blancos por la fuerza — debí quedarme aquí, perder un día de entrenamiento es nada, ¡nada!... Si algo le pasa, ¡juro que mato al que se lo llevo!

— Ya Milo calmate. Dijiste que tenían sospechosos, ¿Quienes son?

— Los mayores, Camus dijo que posiblemente era Saga, Kanon, Shura o tu Aioros— Milo miro al Santo de Sagitario que solo lo miraba sin creer lo que había escuchado— ... Pero a ti y a la cabra los descarto, vi como limpiabas el suelo con Shura.

— Sera mejor avisar a los demás— ambos le dieron la razón a Dohko , después de todo si estaban todos en un solo templo, encontrar al mayor sospechoso seria más fácil.

A los minutos la mayoría se encontraba en Escorpión, solo faltaban por llegar los gemelos. Milo estaba que iba él mismo a Géminis, por que si esos dos no llegaban pronto, comenzaría a echarles la culpa a los gemelos de todo lo que estaba pasando, pero en poco tiempo uno de los dos llego.

—¿ Alguno a visto al idiota de mi hermano?— Saga había buscado a Kanon hasta el último rincón de Géminis, pero ni rastro de su gemelo— ¿Y que paso? Para que estén todos aquí.

— Alguien se llevo al Cubo.— dijo Aioria cruzándose de brazos.

— Oh, oh...— con eso Saga se gano que todos lo miraran dudosos y la furia de Milo, quien lo tomo de la camisa.

— Si sabes algo Saga... ¡Habla!— hizo aparecer su aguja en la misma mano con la que lo sostenía, logrando que el gemelo mayor tragara saliva, no le agradaba para nada tener el aguijón de la Aguja Escarlata tan cerca.

— Esta bien, pero antes sueltame— a regañadientes lo soltó— Kanon me pidió ayuda con algo, pero cuando me dijo que era ese "algo", le dije que estaba obsesionado contigo Milo, pero no tengo ni la menor idea de a donde se pudo haber llevado a Camus, donde no accedí a ayudarlo no me dijo nada mas, lo siento.

Todos miraron a Milo, su mirada la tapaba su flequillo no pudieron saber que expresión tenia, pero era mas que obvio que estaba furioso.

— Si tú sabias algo...— hizo aparecer de nuevo su aguja— ¿¡¡Por que no dijiste nada!!?— Saga solo vio pasar muy cerca de su cara un fulgor rojo, la Aguja Escarlata casi le había dado— ¡Largo no quiero a nadie aquí!

Para no hacerlo enojar mas, sus compañeros de armas se fueron sin decir nada, sabían a la perfección como era cuando se enojaba y no querían tener Antares clavada en el trasero.

Desde uno de los pilares la pequeña Kardia vio toda la rabieta que su humano estaba haciendo, y por mas que maullaba para que le prestara atención, no le hacia caso, además la pobre no se corría del lado de ese pilar sino perdía el rastro de Degel. Cuando Milo al fin consumió parte de su rabia fijo su atención en gata, ella volvió a "hablarle" para que la siguiera, lo malo es que el griego no entendió sus intenciones, así que tuvo que recurrir a medidas por decir extremas.

~•~

En alguna parte de los riscos cerca del mar, Camus se encontraba amarrado con cadenas a las paredes de una especie de cueva oculta muy alejada de Cabo Sunion, si no seria muy obvio en donde tenia privado de su libertad a su enemigo. Se le acerco lo suficiente para sacarle la mordaza.

—¡Sueltame Kanon, o sino...!

— ¿Que?, ¿vas a congelarme?... Tengo todo previsto en tu caso Acuario, ¿sabes lo que es esto? ...— mostró un jeringa con un liquido extraño en su interior, aunque no obtuvo la expresión de miedo que quería ver en el rostro de su rival—Por si lo pensaste, si voy a sedarte, así no tendré  problemas para llevarte donde yo quiera o hacerte lo que me plasca, pero antes debo... Debilitarte.

Comenzó a golpearlo a diestra y siniestra, riendo como un completo desquiciado, importándole un comino que por cada golpe que le daba se ganaba un poco mas del odio de Milo cuando lo encontrara. Cuando acabo Camus tenia varias hileras de sangre que bajaban por su cuerpo y unos cuantos moretones que pronto se notarían mas claramente. Le sonrió con burla, para luego acercar la jeringa e inyectarle su contenido, logrando que un pequeño quejido de dolor se escapara de sus labios por la poca delicadeza que utilizo.

— Disfruta de tus últimos diez minutos de lucidez, Acuario.

" Maldito, Kanon."

◆◆◆

- Con un escudo de la Armadura de Libra-

Hola, bueno creo que estoy haciendo sufrir mucho a Camus ¿no?... D-digo por lo de Ángel y Demonio, y lo de ahora jeje ... Y ¿ por que el escudo? Bueno por un avisito que tengo que dar. . . -protegiéndose con el escudo-  ¡Quedan como dos capitulo y uno de yapa y la historia se acaba! 

¡Solo no me maten! Chaito.

ScorpioNoMilo ✌

Entre Cuerpo y Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora