Capitulo 6

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Que importaba si alguien los veía, él lo haría suyo, en ese lugar, en ese momento, justo ahí, justo ahora.

Besaba sus labios con hambre, mientras que lo apoyaba contra un pilar, las piernas de su Acuario se enredaron en su cadera, comenzó a acariciarlas mientras que su lengua se encontraba dentro de la boca ajena, degustandose con el dulce sabor de esta. Sus hábiles manos, se posaron el trasero de su hielera, para apretarlo, logrando que un tenue gemido se escapara de su garganta, sonrió ante eso. Le encantaba como el galo se deshacía en gemidos entre besos. Sus labios bajaron a su cuello, en donde dejo marcas rojizas las cuales lamia y besaba. Sus manos seguían en su trasero lo masajeaba a la vez que lo apretaba, cada vez que lo hacia se acercaba a su entrada.

—N-nos verán...ah~ —Seguía besando su cuello, marcándolo como suyo y de nadie mas.

—Que nos vea hasta el mismo Zeus, no me importa, esta tarde tu seras mio en cuerpo y alma.

Lo llevo a la habitación, sin importarle en lo absoluto si botaba o rompía alguna cosa, una vez que llego lo lanzo a la cama sin ningún cuidado, Camus ni noto con que brusquedad había sido lanzado, por que el Escorpión se subió sobre él, posicionándose entre sus piernas para compensar a besarlo de nuevo mientras que sus manos se colaban bajo la polera del guardián de Acuario.

Camus podía sentir perfectamente como el miembro de Milo se ponía duro, y se acercaba cada vez mas a su propio miembro con cada dulce gemido o suspiro que salia de su boca, y no los reprimiría, que salieran libremente, sin importar que alguien los oyera.

Esos sonidos aumentaron cuando sintió algo húmedo en su pezón izquierdo, mientras que le derecho era torturado por una de las manos del Griego. En un solo segundo, su polera se encontraba en el piso, y Milo  se acomodaba mejor sobre él. Pero tampoco se quedaría al margen, sus manos fueron a parar a la espalda del Escorpión y entre jalones logro arrancar la polera del peliazul, el cual rió por lo bajo, mientras dejaba marcas por todo el dorso del galo.

En menos de lo que pensaron las cosas comenzaron a subir aun mas de tono, en un parpadeo sus ropas se encontraban esparcidas por toda la habitación. Le había mostrado tres dedos y él entendió de inmediato el mensaje. Lamia esos tres dedos con maestría como si lo hubiera echo miles de veces, un hilillo de saliva salio de la comisura de sus labios, mientras que sus mejillas estaba algo sonrojadas, dando así una imagen muy lujuriosa y hermosa ante los ojos de Milo.

'Hermoso'

Era lo único que podía pensar en ese momento. Lo sentó sobre sus piernas, para luego introducir uno de los dedos en su entrada, mientras que con la otra mano lo tomaba de la cintura y lo apegaba mas a él. Vio como al introducir el tercer dedo apretaba los ojos de dolor.

— Tratare de no lastimarte...— él solo asintió.

Lo acerco a su miembro, y de una sola estocada lo metió completo. Un grito mezcla de placer y dolor se escapo de la garganta del Francés. Con movimientos lento comenzó a embestirlo, subía y bajaba logrando que se acostumbrara a ese pedazo de carne en su interior. Una de sus manos fue a parar en su trasero mientras que lo apretaba, las embestidas se hicieron mas fuertes y constantes, así los gemidos mas fuertes comenzaron a salir. Retiro las manos de Milo de su persona y las levanto despacio, terminaron recostados, se acercó a su oído para susurrarle.

— Mi turno...— comenzó a subir y bajar sobre el miembro de Milo, a la vez que soltaba suspiros y gemidos en el oído del peliazul, el cual sonría complacido.

Comenzó a cabalgar sobre el griego, que solo veía como su Caballero de los Hielos, echaba su cabeza hacia atrás mientras pasaba sus manos por el abdomen de Milo. Este ultimo invirtió los papeles, saco su miembro de su interior solo por unos momentos, y con una mirada de completo deseo, con la voz ronca por la excitación le dijo:

— Ponte en cuatro.— sin objeción alguna se coloco en posición indicada, dando una vista perfecta de su entrada.

Volvió a meter su miembro de una sola estocada, fuerte y constante. Los gemidos se convirtieron en gritos, los cuales no eran ahogados para nada. De vez en cuando golpeaba los blancos glúteos volviéndolos rojos, y de alguna manera esa mezcla de placer y dolor, lo llevaba al cielo y al infierno a la vez.

—Dale... N-no te detengas...— simples susurros que volvían loco al peliazul y lo invitaban a seguir con esa sección de sexo del bueno— A-así...así, si que... Sabes como hacerlo...Ah~.

En solo esa noche hizo venirse al Acuariano como tres veces, mientras que él mismo se había corrido en su interior unas dos veces. Definitivamente esa había sido la mejor de las noches de toda su vida. Ahora solo veía descansar a su pareja, luego de una noche llena de pasión. Lo abrazo protectoramente, acordándose de esa amenaza que lo perseguía, si bien tomándolo como suyo había aumentado esa amenaza, buscaría por cielo mar y tierra, a esa maldita persona que quería dañar a su cubo francés.

—Nadie te hará daño, lo prometo... Sino, se ganara un enemigo de por vida.

Cáncer.

Death tiro por hay la revista que fingía leer y los audífonos con los que escuchaba musica, una vez que los sonidos que venían de Escorpión cesaron al fin.

—Si estos siguen así, tendré que comprar tapones para los oídos, si es que quiero dormir en las noches... —Suspiro—  Comparezco a Aioros y a el Maestro Dohko.

Esa noche había sido muy ruidosa y pocos pudieron dormir, solo un par de enamorados en Escorpión dormían sin importarles nada, solo ellos dos.

◆◆◆

¡Hola!

Alguien por ahí quería acción así que hay esta :D,  casi lo llevo al sadomasoquismo pero me arrepentí, era su primera vez, puede que mas adelante lo haga mas hard 7u7.  Una cosa mas salí de vacaciones, tratare de actualiza mas seguido.

Chaito

ScorpioNoMilo ✌

Entre Cuerpo y Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora