Capitulo 2

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–No puede ser...

Sus ojos se cristalizaron, la escena que tenia frente a sí, no podía ser posible... No había absolutamente nada, la habitación se hallaba tal cual la había dejado en la tarde, ni rastro de hielo había, entonces ¿que fue ese frío intenso que sintió? No pudo haber sido su imaginación, era demasiado real para que se lo haya imaginado.

– Maldita sea...– golpeo una pared como forma de desahogarse. Apretó los ojos con fuerza, no quería dejar escapar las lágrimas que amenazaban con salir de ellos. Se dio la vuelta dispuesto a volver a su habitación, pero algo o alguien lo detuvo.

«Esa boca...»

Un maullido, eso había escuchado, le rogó a todos los Dioses habidos y por haber que no fuera, invención suya. Con temor de que no hubiera nada se giro, para encontrarse con una pequeña figura negra sobre la cama, a un lado de Camus, moviendo la colita de un lado para otro, estaba su tan querido gato, y su presencia solo significaba una cosa, el francés podía volver a este mundo.

Soltó las lágrimas contenidas sin darse cuenta, a un paso lento de acerco al gato, quien parecía esperar que llegara pronto a su lado, ya que ver a Milo derramando lágrimas por él le rompía el corazón. Una vez que llego con él se agacho para quedar a su altura y acariciarle la cabecita, recibiendo ronroneos de vuelta.

– Volviste peque...

Como respuesta negó, ante eso Milo se confundió, era mas que obvio que había vuelto si lo tenia frente a sus ojos.

-«Aun no»-

Al pobre de Milo casi le da un infarto al escuchar hablar a un gato, y lo que mas lo dejo impresionado fue que, la voz que poseía el felino, era la misma de Camus, ahora si que no podía dudar que ese pequeño animalito de negro pelaje, era el Caballero de Acuario.

Sin darle tiempo para reaccionar, paso una de sus manitos por el rostro de Milo, para luego acercarse a su cuerpo, le dio una ultima mirada al peliazul que lo miraba sin entender, que demonios haría, ante eso le sonrió, cerro los ojos y un brillo dorado lo envolvió por completo, el brillo se hizo tan fuerte que obligó al  griego a cerrar los ojos, cuando los abrió el felino estaba acostado en la cama, y miraba en dirección de Camus, pero algo llamo la atención de Milo, los ojos del gato que antes eran de un tono azul se hallaba verdes,  color característico de los felinos.

Rodeo la cama hasta llegar al lado del guardián de Acuario, para notar que ahora respiraba, de la nada Camus abrió los ojos de golpe a la vez que se enderezaba, con el movimiento tan brusco que realizo termino chocando con Milo y golpeándose el brazo izquierdo que haces unos días estaba enyesado.

– Merde...– murmuro mientras se sostenía el brazo afectado con la mano derecha.

– Camus...– el aludido solo se giro para ver a un Milo que no sabia si reír o llorar de la felicidad que sentía en ese momento, de repente sintió los brazos del Escorpión rodeándolo con cuidado de no lastimarlo– maldito idiota, no sabes la falta que me hiciste estos días. 

Correspondía sin dudarlo y sin decir nada, ya que bien sabia cuanta falta le había hecho. Al contrario de lo que Milo pensaba, Camus se acordaba perfectamente de todo lo que paso esos días, que vivió con él siendo el gato que ahora se encontraba a su lado.

– Lo se... Me acuerdo de todo.

– ¿En serio?

– ¿Crees que soy capas de mentirte?– y ahí estaba entre sus brazos, el Camus que tanto había extrañado, el que tanto había necesitado, por cuatro largos días, y a quien tuvo sin saber viviendo esos mismo cuatro días con él. 

–¿C-como fue que volviste?– las lágrimas habían comenzado a salir solas nuevamente y eso Camus lo noto, se separo de Milo solo para con una de sus manos secar las lágrimas traviesas que salían de esos ojos celestes.

–¿Como volví? Veras...

Pero, Señorita...- Minos no entendía la decisión de Persefone, en dejar que un Caballero de Athena volviera a la vida.

– Nada. Ahora Caballero de Acuario volverás, pero con una condición...

– ¿Cual?...– sin importar cual fuera la condición impuesta por Persefone, estaba dispuesto a cumplirla, con tal de volver  y, por los Dioses, lo único que quería en verdad era quitarle a Milo el amargo dolor, que era mas que obvio que poseía en esos momentos.

– Bien. La próxima vez que fallezcas, cualquiera sean los motivos, buenos o malos, no volverás al Mundo de los vivos sino hasta que tu próxima reencarnación. ¡Ah! Dependiendo de quien este al mando del Inframundo para ese entonces, sera la severidad de tu castigo. Entendido.

– Por supuesto.

– Minos, regresalo.  

En unos momentos ya estaba en el Octavo templo, contemplando como Milo golpeaba la pared.

– Por esta vez, Persefone te adoro...

–Milo, quiero preguntarte algo– sus mejillas tomaron un ligero tono rojizo, que paso desapercibido por la oscuridad de la habitación.

– Dime...

– Lo que escuche antes de que me fuera en la Fuente... ¿Es...Es cierto?

Ahora era a Milo a quien se le subieron los colores al rostro. Lo había escuchado, Dioses, ¡había escuchado cuando dijo que lo amaba! ¿que podía hacer ahora? Nada, pues ya lo había oído y solo debía confirmarlo.

–B-bueno yo...– con eso, ya había confirmado sus sospechas, ya que Milo jamas tartamudeaba ante la presencia de nadie, mucho menos de la suya. Con la mano derecha atrajo el rostro de Milo al suyo, hasta unir sus labios, fue un beso corto, pero suficiente para darle a entender que sentía lo mismo.

– Idiota...

– Soy tu idiota.

Sonrió, con su mano buena coloco en sus piernas al gato negro de ahora ojos verdes.

– No creas que te dejare con las cosas para gatos compradas, este pequeño es tuyo, si quieres puedes llamarlo como me decías a mi.

– No, por que te seguiré llamando Sombra de vez en cuando, este pequeño se llamara... Degel, como tu antecesor, porque por este pequeño derritió la capa de hielo de tu corazón y me dejo llegar a él.

– Tonto.

– Bien, sera mejor que descanses, te veo mañana.

– No... Quedate conmigo.

– ¿Seguro?

Como respuesta solo lo tiro de un brazo tirándolo a la cama, justo a su lado, esa noche fue la mejor de todas para Milo.

◆◆◆

¡Hola!

Las hice sufrir en la primera parte io lo zeh...

Espero que no me maten por ponerle Degel al gatito, es que no se me ocurrió otro nombre XP

Bueno eso.

Chaito.

ScorpioNoMilo ✌

Entre Cuerpo y Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora