Inumika [Mikayuu]

♡ 30

— Nya~♡ —maullaba un felino en el suelo moviendo su colita de un lado a otro para mostrar su comodidad— Dime, Mika... ¿Qué se siente estar sobre un gatito tan lindo como yo~?

— Cállate, demonio. —contestó un cachorro sobre él, quien se encargaba de inmovilizarlo como podía.

Si lo soltaba u dejaba ir, estaría en serios problemas.

Conocía las ventajas y desventajas de la situación.
Los gatos son más rápidos.
Los perros son más fuertes.
Los gatos tienen garras.
Los perros tienen dientes.

Pelear con un gato no estaba entre sus planes de vida.

— Mika~ cambiemos de posición~ —ronroneaba el gatito, mirando de reojo al canino.

Mikaela se mantuvo callado. Solo debía esperar unos minutos para que su Yuu-chan regresara. Paciencia...

El demonio sonrió, conociendo los planes que se formaban en la cabeza del rubio planes aburridos... Había salido para divertirse, y no se iba a ir hasta obtener lo que deseaba.

— Hueles raro... —maulló para llamar la atención del contrario, quien en respuesta había fruncido el entrecejo sin comprender a qué había venido esa frase— ¿Me dejarías bañarte, Mika~♡?

Era un pervertido... un demonio pervertido que se saldría con la suya a como diera lugar.

— ¿Qué?

Los orbes verdes le miraban con una falsa inocencia y gran esperanza.
Al demonio le había encantado la idea de lamer el cuerpo ajeno para limpiarlo.

Esa simple idea causó un severo escalofrío en el vampiro. Ni loco iba a dejar que hiciera eso.

Pero los ojitos verdes se tiñeron de rojo... un deseo carmesí que el demonio quería cumplir.