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  — Ah... jaja... 

Tartamudeó el chico nervioso, a la vez que observaba el rostro de Guren examinándolo ferozmente.

— ¡E-eso no es lo importante! 

Balbuceando, comenzó a decir cosas imposibles de entender, a la vez que movía sus manos de un lado a otro justificando sus palabras.

— Momento, momento. 

Le detuvo golpeando su cabeza para que se callara.

— Ahora si. ¿Por qué hay un perro aquí?— su mirada viajó hasta encontrar el rostro deforme del azabache haciendo una mueca.

— L-lo encontré en la calle.— mintió intentando escapar de ese problema.

— Yuu-san...— pero como siempre, la suerte no estaba de su lado, y mucho menos esa peli-morada con un sentido del humor muy malo— ¿No te ha dicho el teniente coronel que mentir es malo?

— Shinoa... cállate.— prácticamente rogó, echándole una mirada de advertencia. 

— Oh, hasta ahora me doy cuenta, el rubio oxigenado no esta contigo.— Guren sonrió por instinto, relajándose un poco.

— No teniente coronel, Mikaela-san esta con Shinya-san. 

— ¿Qué dijiste Shinoa?

— El perrito... — sonrió ella ladeando la cabeza.

Yuichiro estaba mudo, las palabras ya no salían de su boca. 

Inumika [Mikayuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora