♡ 21

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Miraba incrédulo el resultado de su experimento.
Orejitas caídas, ojos llorosos, incluso sus patitas temblaban por la furia.

No había funcionado...

Se supone que mientras despistaba a Yuu, Shinya le inyectaría lo mismo que le había obligado a beber.
Las cosas estarían iguales y buscaría una manera de regresarlos a la normalidad... era correcto, según él.

Pero, no había funcionado.

Yūichirō, lloriqueó al sentir la aguja incrustada en su piel, Shinya solo sonrió, y dando un pequeño guiño, salió de ahí.

— Suerte, chicos~ —rió desde la puerta, dejando a un adolorido Yuu, y a un Mika insatisfecho.

¿Qué había pasado?
¿Por qué no funcionó?

Unos instantes pasaron, en los que Yuu continuaba acariciando la parte adolorida.

— Asi que... —hablaba sin mirar al perrito— Puedes entenderme... eh...

Mika estaba tan absorto en sus pensamientos, que ignoraba por completo al azabache.
Era su culpa por ser tan tonto y no haberse fijado desde un principio que podía hacerlo.

— ¡Oye! ¡Te estoy hablando! —dejando de lado todo dolor, señaló al rubio con claro enfado.

Más, sin embargo, solo consiguió que lo ignorasen nuevamente.

Puede que su idiotes esté fuera de este mundo. -pensaba Mikaela- No puede ser que esa cosa solo funcione con vampiros... debe ser una broma...

¡Mika!

No, una pesadilla.

Inumika [Mikayuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora