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Ne~ Mika, despierta... —alentaba un gatito de ojos esmeralda al frotar su cabecita junto a la del canino esperando y aquel abriese sus ojos para que le pusiera atención.

Pero el canino no respondía, y parecía tan cómodo durmiento, que el gatito ya comenzaba a perder las esperanzas.

Habían pasado a penas unos minutos desde que se les había colocado la inyección a ambos.
Omitiría mencionar y recordar el lugar donde fue puesta, ya que según Shinoa, solo allí funcionaría.

Bajó la colita como auto protección al sentir un escalofrío. Al menos Mika tenía la ventaja de estar inconsciente...

Bu~ estoy aburrido... —maulló con pura pereza, ladeando un poco su cabecita hacia la izquierda para intentar pensar en algo que hacer.

No tuvo que pensar mucho, pues su estómago respondió al instante por él.

¡Buena idea! —"contestándole" a su pancita gruñona, bajó del sofá sobre el que había sido dejado su vampiro, para correr en dirección a la salida de la biblioteca e ir con todos los demás.

Alguien tendría que darle de comer...

Inumika [Mikayuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora