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Momentos más tarde

— ¡Woah! —el pequeño corazón del gatito latía a un ritmo apresurado, emocionado por lo que sus ojos contemplaban.

Había funcionado.

Un tigre blanco mucho más grande que él se posicionaba en el frente, mirándolo con cierta curiosidad.

El pobre Yuu se veía como una pulga a su lado, y eso al tigre no dejaba de parecerle gracioso.

Pero el pequeño no percibía aquello, simplemente estaba emocionado. ¡Era enorme! Debía ser súper fuerte.

— Muy bien, esto solo durará una hora, será mejor que se apresuren. —avisó Kimizuki, más solo un albino escuchó y acató lo que eso quería decir.

Separar al demonio del humano que lo portaba era sumamente complicado, con suerte y gracias a la torpeza del azabache lo habían conseguido hacer en aquella ocasión.

— Yuu-chan, no olvides a Mikaela. —rió Shinya, pues aparentemente al pequeño felino se le había olvidado la razón por la que Byakko estaba frente a él.

— ¡Nee! ¡Nee! ¡Aún tienes tus llamas azules! ¡Que genial! —el brillo en los ojos esmeralda creció a medida que explotaba el pelaje blanco ajeno.

El tigre le dirigió una mirada confundida a su amo, quien suspiró de forma pesada. ¿Cómo podría hacer que el pequeño gato emocionado recordase al canino en peligro de extinción?

Inumika [Mikayuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora