El Comienzo de los Secretos

Capítulo 9: Sarah.. Realmente jamás estuve contigo

Habían pasado ya varios días desde que tuvo esa conversación con Sirius, esas últimas palabras las escuchaba en su mente cada vez que despertaba, volver a recordar ese momento le hacía hervir las venas y al enojarse venían a su mente maneras de vengarse y al querer vengarse vino a su mente un extraño momento que sucedió el día anterior.

...

Un día atrás, Sarah había ido a las tres escobas totalmente sola para apartarse de todos y tener un momento con ella misma sin problema alguno, horas después una persona se sentó frente a ella, no le dijo nada pensó que no había lugar disponible, volteo alrededor y solo había unas cuantas personas, observo a la persona se cubría la cara con la capucha de su gabardina.

— Conozco tus problemas, Sarah Cresswell — susurró, la persona que estaba enfrente.

— ¿Disculpe?, ¿cómo sabe mi nombre? — pregunto, sin entender.

— Yo puedo resolver tus problemas, ese tal Sirius será tuyo si confías en mi — sugirió.

— ¿Cómo podría confiar en usted si no lo conozco? — aseguro mientras comenzaba a guardar sus cosas para irse.

— Lo mínimo que debes saber es que mi nombre es Tom Ryddle y puedo ayudarte — dijo tomando uno de los libros de Sarah para evitar que se fuera.

— ¿Cómo puede ayudarme? — pregunto curiosa, tal vez sería algo bueno.

— Deberías hacer que vea a la otra chica de mala manera, así volverá a ti — recomendó, Tom.

— ¿Cómo? -— soltó otra pregunta.

— Se llama magia oscura, un poco prohibida para las personas de tu edad — explico, Ryddle.

— Sé lo que es... — susurró.

— Entonces hazlo... úsala contra la chica — le recomendó.

— No puedo, estoy tratando de cambiar, tengo valores — aseguró, tomando el último libro que le faltaba guardar.

— Ella parece no tener valores... — soltó antes de que se levantará de su asiento — enséñale a tenerlos — dijo casi ordenando.

— No me atrevería — aseguró, para levantarse y alejarse.

— Ella se atrevió a acercarse a él aun sabiendo que salía contigo — comentó apenas audible, ella se detuvo en seco.

— Tal vez Ginevra solo es su amiga — le respondió aún sin acercarse.

— A ese ritmo pronto tú serás solo otra persona más en el mundo para él... tienes que hacerlo — explico.

— No lo haré, lo siento — dijo por último para salir del lugar-

— Pensé que eras fuerte — soltó de repente, la había seguido — y luchabas por lo que es tuyo, pero me equivoque sólo eres una niña débil — le susurró al oído.

— ¡Yo no soy una niña débil! — exclamo.

— Vamos, Sarah... hazlo... practica antes de hacerlo con esa tal Ginevra, hazlo con esa chica con la siempre tienes problemas... — le recomendó.

— ¿Jenna Bowen? — pregunto sin entender.

— Ella misma... — respondió.