Capítulo 24: 1979 - 1981

190 8 5
                                    

Marzo/1979

Sarah venía entrando a la mansión Parkinson luego de una ardua jornada de trabajo en el ministerio, Robert estaba sorprendido que hubiera conseguido un trabajo tan rápido y sin ayuda de la familia.

— Corazón, ¿dónde estabas? — le pregunto, Robert al momento que se sentó en el comedor.

— En el trabajo — respondió, agito la varita para que pareciera los alimentos en la mesa, montó los platos para cinco personas.

— ¿Invitaste a alguien? — soltó otra pregunta, ella asintió — sabes que debes avisarles a mis padres primero.

— Lo entiendo, y... ¿dónde se encuentran? — pregunto al no notarlos cerca.

— No han de tardar — justo dijo eso y sus padres aparecieron en medio de la sala de estar, luego caminaron al comedor.

— ¡Vaya!, se lucieron — comentó, el señor Parkinson.

— Fue su hijo quien preparo todo, suegro — aseguro, Sarah sonriente, ellos se sentaron y comenzaron a servirse.

— ¿Su invitado no vendrá? — pregunto, la señora Parkinson,

— Gracias por notar mi ausencia, familia... — se escuchó una voz, para después que Voldemort se acercara a la sala del comedor — un gusto ser su invitado de honor — se sentó junto a Sarah, frente a los padres de Robert.

— ¿Qué está haciendo él aquí, Sarah? — le pregunto, su esposo.

— Ha querido conocer a tus padres... no les puedo negar tal privilegio — respondió ella.

— Realmente asesinaste a Jenna, él no te manipulo — dijo casi para sí mismo, pero todos alcanzaron a escucharlo.

Voldemort probo un poco de la ensalada, de la proteína que ofrecían, luego se levantó, volteó a mirar a Sarah y ésta asesinó a los padres de Robert frente a sus ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Voldemort probo un poco de la ensalada, de la proteína que ofrecían, luego se levantó, volteó a mirar a Sarah y ésta asesinó a los padres de Robert frente a sus ojos.

— ¡Avada Kedavra! — señaló a los señores Parkinson.

— ¿Por qué me haces esto? — exclamo, Robert — si quieres el dinero, tómalo... no me interesa... sólo déjame apartarme de ti.

— No me interesa el dinero — aseguro, Sarah — ha sido de ayuda no puedo negarlo, pero no es esencial y aunque quieras irte, amor... no lo harás — dijo completamente segura mientras acariciaba su mejilla.

— ¿Por qué lo dices? — pregunto tratando de no doblegarse ante ellos.

— Tengo a tu heredero en mi vientre y no lo dejarás... no conmigo... no después de lo que he hecho... — aseguró, Sarah acariciando su barriga que aún no era muy notoria pues dos meses no agrega mucho volumen.

— No trates de engañarme — exclamo, Robert tomando fuertemente de su brazo.

— Nacerá en octubre... pronto sabremos si es niña o niño — comenzó a contar, éste la soltó — pero de igual manera, sea del sexo que sea, tú lo amarás, lo cuidarás y lo protegerás... — aseguró — te unirás a nosotros, le servirás al señor tenebroso, te guste o no... no tienes otra opción — le ordeno.

El Comienzo de los SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora